Una patriada por Malvinas


Una patriada por MalvinasSin pasaporte, como corresponde, Toni López viajará en lancha a Malvinas por tercera vez. Los otros dos periplos (en 1989 y en 1992) se dieron en situaciones muy diferentes a las actuales y con embarcaciones bastante diferentes. “Vamos por una cuestión de tripas”. Entrevista Prensa del Tercer Milenio. Por Esteban Schoj. "Venimos desde el sur de la patria, de la tierra de los hielos continentales y la cultura malvinera, y sostendremos, inclaudicablemente, el reclamo de soberanía por las Islas Malvinas". Presidente Néstor Kirchner, 25 de mayo de 2003.
“Llegó el momento de dar una vuelta de tuerca: vamos en la lancha, vamos a las Islas, hacemos un campamento, comemos una asado, hacemos una guitarreada y a la noche nos volvemos”.


Juan Antonio Franklin López, Toni, es uno de los referentes del colectivo Resistencia Malvinas, y con el apoyo institucional del Partido Justicialista de la Capital Federal, de todo el colectivo malvinero de Puerto Madryn, pero sobre todo, con mucha militancia, emprenderá su tercer viaje por mar a las Islas Malvinas.


Toni navegó hasta las Malvinas en 1989 a bordo de Patagón, un velero de plástico de ocho metros y medio. Regresó a diez años de la guerra, en 1992, con el Malabar, un velero de madera de once metros y medio. Esta será la primera vez que se viaje a las Islas en una embarcación deportiva abierta: salen el 9 de julio desde Puerto Madryn, pasan por puertos patagónicos y luego 129 millas a Malvinas. El primer viaje fue desde Puerto Deseado hasta Puerto Argentino. El segundo fue desde Mar del Plata.

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Antiguamente, los canoeros indígenas yámanas llegaban a la Isla de los Estados en canoas y se supone que también arribaban a Malvinas. En 1770, los británicos navegaron con la corbeta Swift desde Puerto Deseado a Puerto Egmont, en la Gran Malvina. “Esto de surcar el Atlántico Sur en botes es antiguo. Es un trabajo de marineros que, cuando los marineros son buenos, llegan a buen fin”, dice Toni. Marinero de profesión, fue director de la Escuela de Náutica Islas Malvinas, en el Puerto de San Isidro. Tiene 56 años y le “pinta más la Patagonia que el Caribe”, por eso navega los mares del Sur. No es excombatiente pero “Malvinas es una cuestión de tripas, de corazón, de patria”. Por eso lo hace y no duda: “Si fuera aviador, iría en avión. Como soy marinero voy en barco”.

Este viaje

“Desde el punto de visto técnico, viajar en lancha es incomparable con los primeros dos viajes –empieza a explicar Toni–. A diferencia del Patagón y Malabar, ahora tenemos navegador electrónico satelital. Antes navegábamos con cálculos y posiciones astronómicas, como Colón. En vez de ir a vela, que implica depender del viento y tardar tres días desde Puerto Deseado, vamos a ir en lancha, a 50 kilómetros por hora y a tardar entre cinco y seis horas”. Serán 300 kilómetros de travesía en el Atlántico Sur.

-Este viaje se da en un marco político y social de la causa Malvinas muy diferente al que imperaba en los primeros dos.

-En 1989, la situación del viaje era absolutamente clandestina. Teníamos mucho miedo de que nos detuvieran si se sabía lo que íbamos a hacer. Tuvimos que entrar a la zona de exclusión sin saber cómo iban a reaccionar ellos. Al jefe de la Fortaleza Falkland lo llamaban el Carnicero de Darwin. Era un veterano inglés de Malvinas que decía que al próximo argentino que fuera a las Islas lo iba a mandar de vuelta con las patas para adelante. Fuimos a ver si era cierto. Se ve que no era tan carnicero, porque no pudo cumplir con lo que dijo y el 27 de febrero de 1989 a las tres de la tarde, en el medio de la niebla, entramos a Puerto Argentino con la Marcha de las Malvinas, la Marcha Peronista, fumando un habano. Les aparecimos en Puerto Argentino y los tipos no entendían nada. Estaban más asustados que nosotros. Nos preguntaban ‘what is your flag?’. ‘AR-GEN-TI-NA, aryentain’, les decíamos nosotros. Ahí se armó un quilombo… nos dejaron en una boya, vinieron a curiosearnos con una lancha y después de un día y una noche maravillosa que pasamos charlando y escuchando música, nos volvimos. Habíamos cumplido. Como no pudimos bajar a tierra, trajimos agua. Repartimos frasquitos de agua bendita porque para nosotros, Malvinas es Tierra Santa. En el segundo viaje, a diferencia del primero, teníamos los trámites para poder ir. Pero ni siquiera nos dejaron entrar a puerto, y después de tres días de estar en una boya a merced del mar, nos volvimos. Ellos no cumplieron con sus obligaciones internacionales: tenían obligación de dejarnos amarrar. Pero en aquella época, en 1992, no teníamos quién nos defienda. El problema del segundo viaje fue el menemismo y la desmalvinización. Lo que nosotros hacíamos era una mala palabra y políticamente incorrecto.

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Toni aclara, “porque no todos lo saben” que “antes de bajar los cuadros de los dictadores, Néstor Kirchner cerró el espacio aéreo de Malvinas. Cortaron los vuelos chárter y desde ese momento nadie que vaya a Malvinas puede circular por el cielo sin pedirle permiso al Estado Argentino. Excepto que viajen desde África o desde Europa porque acceden desde altamar. Néstor protestó ante el Reino Unido los acuerdos firmados por el menemismo. La bandera pirata de Falkland Island está prohibida en todos los puertos Atlánticos”, dice.

-¿Qué significa ir de nuevo?

-Pensamos que el hecho de ir con la lancha, con la bandera, hacer un campamento, va a servir para que se sepa como cambió la historia de Malvinas. Pero es importante que además de las declaraciones de las Naciones Unidas, los militantes de la causa nacional entendamos por qué Rivero está en los billetes, o por qué esas siete banderas de los Cóndores* están en Itatí, Luján, en el mausoleo de Kirchner, en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Museo del Bicentenario y en el Museo de Malvinas. Responden a los actos patrióticos que el Gaucho Rivero y los Cóndores* llevaron adelante en Malvinas. Si no, vamos a seguir mirando las Islas desde acá y no vamos a poder ejecutar una protesta civil y pacífica dentro de la usurpación.

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Para este tercer periplo malvinero habrá 10 o 12 tripulantes. Hay confirmados tres: Toni y dos más.

-¿Qué tiene de particular este viaje?

-El viaje es público y la convocatoria es popular. Por ejemplo, los 1000 litros de nafta necesarios para el viaje van a ser obtenidos por suscripción popular, el nombre de la lancha se define por votación, la tripulación de la lancha está abierta y precisamos mujeres para que vengan con nosotros. Hasta ahora hay confirmados sólo hombres, y nosotros creemos en aquello de que las mujeres son la mitad del cielo. Las convocamos a que participen para que la tripulación sea un ramillete de expresiones de Malvinas. Cada uno va por un motivo diferente. Queremos un mensaje heterogéneo. Para ir, tenemos que conseguir que el viaje sea posible, y esto se resuelve con militancia. Tenemos una lista de todo lo que precisamos y en la medida en que vayamos cumpliendo los objetivos en cuanto a las cosas que nos faltan, vamos conformando la tripulación. La lancha con la que vamos a ir a Malvinas va a estar en exposición en la costanera de Puerto Madryn, donde el público va a poder colaborar y sumarse de la forma que quiera o que pueda para que el mensaje y la presencia de la lancha en las Malvinas no sea una acción individual sino que sea un acto colectivo. Por ejemplo, se va a abrir una votación en Facebook para elegir el nombre de la embarcación. Un nombre que represente el espíritu de un viaje como este.

-¿Qué es lo peor que puede pasar?

-Vamos a ir sin pasaporte. ¿Qué puede pasar? Que nos metan presos o que nos ignoren. El Reino Unido tiene la obligación de cuidarnos, llevarnos al médico y mandarnos de vuelta en avión, si es que no nos dejan volver en la lancha. Dardo Cabo decía: ‘Lo mejor que nos puede pasar es que nos metan presos´. Para notros es lo peor que no puede pasar, porque Dardo se estaba jugando la vida. Nosotros no vamos ni a secuestrar un avión, ni a llevar armas, ni estamos en dictadura. Lo que estamos haciendo es un acto patriótico pacífico.

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El Primer Raid Motonáutico a las Islas Malvinas es una actividad declarada de interés nacional por la Cámara de Diputados de la Nación en 2008. El despacho se hará en todo de acuerdo con lo reglamentado para una navegación de cabotaje marítimo: destino, Puerto Argentino y escalas (matrícula deportiva, licencia habilitante y certificado apto para la navegación oceánica). Con una embarcación deportiva (semirrígido) con motor fuera de borda, un puñado de tripulantes realizarán un periplo que ya era practicado por los aborígenes fueguinos a remo antes de la conquista española y luego por los marineros patagónicos a vela: unir el continente con las Islas Malvinas. También llevarán un mástil, una bandera, carpa y kayaks.

“La travesía –cuenta Toni – es también un homenaje al Gaucho Antonio Rivero, que junto a sus compañeros originarios se rebelaron contra la usurpación británica en 1833, a los 18 Cóndores de Dardo Cabo y María Cristina Verrier que hicieron flamear en las islas, en 1966 las siete banderas argentinas que hoy se encuentran en las basílicas de Luján y de Itatí, en el Salón de los Pasos Perdidos, en el Museo del Bicentenario, en la Casa Rosada y cubriendo los restos del presidente Néstor Kirchner. A los 649 héroes que esperan nuestro regreso y a los miles que en el frente y en las costas patagónicas combatieron contra el imperio británico y fueron negados y ninguneados justamente porque ese imperio es quién no olvidará jamás el 10 de Junio de 1770, la Reconquista, la Defensa, la Vuelta de Obligado y la Batalla de Malvinas. Al pueblo de Puerto Madryn que recibió a los sobrevivientes y hace 30 años protagonizó la heroica jornada del Madrynazo. Al comandante Hugo Chávez, al presidente Néstor Kirchner y a todos los que trabajaron y militaron para que hoy Malvinas sea la Causa Invencible de la Patria Grande”.

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Sobre Toni

Fue el creador de las 500 Millas del Río de la Plata y realizó más de una decena de cruces del Atlántico con el velero Anita C, que el botó en San Isidro en 1996 y luego perdió en las costas de Africa del Oeste en 2005. Cientos de timoneles y patrones se formaron en la Escuela de Náutica Islas Malvinas que tuvo su sede en el puerto de San Isidro. El sueño de Vito Dumas, de la escuela popular de náutica, vuelve a tomar camino junto a jóvenes militantes y organizaciones patrióticas que ven en la navegación deportiva una herramienta de integración territorial y social.

*El Operativo Cóndor fue una acción armada llevada a cabo en 1966 por un grupo de argentinos que desvió un avión civil de Aerolíneas Argentinas y obligó a su comandante a aterrizar en las islas Malvinas, ocupadas por el Reino Unido pero reclamadas históricamente por la Argentina. El 28 de septiembre de 1966, un comando armado de 18 estudiantes, obreros, sindicalistas y periodistas, en su mayoría militantes peronistas, secuestró un avión Douglas DC-4 LV-AGG de Aerolíneas Argentinas, que había partido desde Buenos Aires a las 0:34 y tenía por destino a Río Gallegos, y lo desvió, aterrizando en las islas Malvinas unas horas más tarde. Los jóvenes se llamaban a sí mismos "cóndores"; casi todos eran peronistas. La edad promedio del grupo era de 22 años. El "Operativo Cóndor", como fue bautizada la acción armada, fue comandado por Dardo Cabo, de 25 años de edad, periodista, metalúrgico y activo militante peronista, hijo del sindicalista Armando Cabo. - See more at: http://www.prensa3m.com/noticia.php?id=2014-06-24-una-patriada-por-malvinas#sthash.WyG8iYHR.dpuf