De las barrancas al rulo del Túnel


(unoentrerios.com.ar)./ En horas de la tarde, camiones de gran porte procedieron al traslado en partes del avión Canberra B-112, desde la II Brigada Aérea a donde fue restaurado, hasta su nueva ubicación, en el rulo del acceso al túnel subfluvial Raúl Uranga-Carlos Silvestre Begnis.                                                                                                                                       La histórica nave que participó en la Guerra de Malvinas había sido emplazada en el Patito Sirirí, en 1998.                                                                                                                          Este año, luego de varios años de intentos e ideas dispares sobre su nueva localización desde 2007 –debido a la erosión y el peligro de desmoronamientos que presentaba la barranca en esa zona–, se resolvió el proceso para su nueva ubicación.


La aeronave se desmontó y fue trasladada a la II Brigada Aérea, al hangar del Grupo Técnico II, en el que personal intervinieron especializado de la unidad y alumnos pertenecientes a la Escuela de Educación Técnica Nº 3 Teniente José Luis Candelaria.
Posteriormente, esa zona de barrancas fue sometida a un programa de intervenciones, que abarcó la construcción de drenajes, muros de protección, canales a cielo abierto y parquización, que significó la incorporación de un nuevo espacio público en el Parque Urquiza, frente a la rotonda del Puerto Nuevo, como nuevo mirador al río Paraná. Camino
Ayer finalmente se concretó el traslado. En el rulo del túnel subfluvial será emplazado sobre una base de aproximadamente siete metros de altura, en el marco de un plan de tareas que demandarán dos días de trabajo.
Precisamente, las tareas de emplazamiento de la nave forman parte del plan de reacondicionamiento de parques, paseos y calles que se realizan en la ciudad que será sede de la cumbre de presidentes del Mercosur.
En su nuevo sitio, en el acceso a la ciudad, la aeronave de origen inglés tendrá asegurada su visibilidad, algo que no hubiese poseído en el barrio Antonini –jurisdicción que tiene las calles con nombres de caídos en Malvinas y una plaza en homenaje a sus héroes–, que había sido resistido por distintos sectores sociales comprometidos con la causa Malvinas.