La China de antes y los ingleses de siempre.


La "guerra del opio" una muestra clara de las intenciones que siempre animaron a los ingleses .El 20 de enero se cumple otro aniversario de la cesión de Hong Kong al Imperio Británico en 1842, después de someter a la China a la infame “guerra del opio” una muestra clara de las intenciones que siempre animaron a los ingleses y que llevaron recientemente al canciller argentino, Héctor Timmerman, a sostener que se olvidan con respecto a las Malvinas que ellos son una potencia colonial y que la Argentina es una democracia.                                                                                         La “guerra del opio” una muestra clara de las intenciones que siempre animaron a los ingleses .

Cuando se declaró la guerra de Las Malvinas, los ingleses rechazaron de plano toda pretensión argentina con el argumento de que nuestro país era una dictadura (en cuya instalación ellos y sus socios norteamericanos no fueron ajenos).


Pero desde que volvió la democracia a la Argentina rechazan toda pretensión debido a que nuestro país acudió a la guerra para recuperar las islas. Ya no hablan de dictadura porque el acomodo de los argumentos es diferente aunque la finalidad no cambia.

En 1841, apoyados por los cañones de la flota, el mismo argumento usado en las Malvinas, los británicos obligaron a China sin preguntar si era o no dictadura a cederles la isla de Xianggang (Hong Kong) «a perpetuidad» a partir de 1842, cuando los ingleses atacaron a China en la primera Guerra del Opio.

Años más tarde los ingleses obligaron al país asiático a cederles derechos en Kowloon, península territorial frente a la isla. En 1898, los británicos obligaron a China a cederles un arriendo por 99 años de la zona rural situada al norte de Kowloon, conocida como «Nuevos Territorios».

A fines del siglo pasado, con la China convertida en potencia amenazante, los ingleses debieron desistir de cualquier argumentación y aceptar la de la fuerza, la única de que verdad respetan, y devolver Hong Kong a sus dueños legítimos, poniendo fin a una de las etapas más oscuras de su imperio comercial y de toda la historia.