Pedro Mercol: “Nunca nos imaginamos que iba a pasar esto”

(diariolareforma.com.ar) El excombatiente piquense defendió a nuestra patria en la desigual guerra contra los ingleses. Pedro Mercol dialogó con La Reforma en el marco conmemorativo y brindó detalles de su expedición. Se enteró de su participación en el conflicto bélico cuando llevaba días navegando hacia Malvinas.

Un nuevo 2 de abril arribó a la vida de quienes participaron de la guerra, de sus familias y de la sociedad argentina. El 34 aniversario de Veteranos y Caídos de Guerra en Malvinas revivió los recuerdos y los sentimientos de injusticia.

En esta ciudad, la Asociación de veteranos ‘Alberto Amesgaray’ realizó múltiples actividades durante el fin de semana. Dentro de las mismas, el excombatiente Pedro Mercol prestó diálogo a esta redacción y contó sobre su experiencia vivida durante los 74 días en suelo isleño.

Al igual que muchos jóvenes, Mercol fue convocado al servicio militar obligatorio cuando tenía 18 años. Fue destinado por sorteo a la fuerza marina, donde desarrolló tareas dentro de la infantería de marina.


El veterano indicó que “no tenía ni idea de lo que tenía que hacer en la infantería de marina. Cuando viajo a La Plata, llego y ahí recién me entero cuál era la función que cumplía. Estuvimos dos meses haciendo instrucción y nos dan un destino que podía ser Trelew, Río Grande, La Plata o Puerto Belgrano. Yo pedí ir a Ushuaia pero me mandaron a Bahía Blanca, a la base Puerto Belgrano”.

En cuanto a la función del batallón del cual formaba parte, contó que “era un batallón de tiradores. La función de la fuerza era ser cabecera de playa, tomar el objetivo para que después la fuerza de ejército se hiciera cargo. Esa era la actividad, sin pensar que me iba a tocar ir a la guerra”, señaló con sinceridad.

En cuanto al ejército de marina, Mercol explicó que “si bien nos exigían mucho, nos compensaban con comida, con vestimenta o bienestar en cuanto a las viviendas, el lugar donde vivíamos en sí. Pero, nos pedían el máximo desenvolvimiento en lo físico”.

Sorpresa

El veterano agregó sobre lo vivido durante los días previos a la guerra. “Pasamos toda la instrucción que debíamos pasar, y tuvimos la última un 28 de marzo. Volvimos al batallón, en el último desembarco de práctica, y cuando llegamos casi siempre lo primero que hacíamos era ir a la cantina. Ahí nos enteramos que había algunos problemas, pero nunca nos imaginamos que iba a pasar esto”, declaró.

“Ese 28 de marzo continúan con el alistamiento de la tropa, pero nunca pensamos que iba a pasar algo”, remarcó con asombro. “En ese momento los jefes nos dicen ‘pongan todo en la mochila que por ahí lo pueden llegar a necesitar’. Y el soldado cuando actúa por cancherismo, pone pocas cosas, porque sabe que no va a pasar nada”.

Pedro continuó con su pausado relato. “Generalmente, cuando se alistaba todo y venían los camiones, nos subíamos, dábamos una vuelta al batallón y nos bajaban. Eso era el alistamiento. Pero en este caso no, no nos bajaron y aparecimos en el puerto, donde nos esperaba el ARA cabo San Antonio que era un buque de desembarco. Nos embarcaron y salimos a navegar”, desarrolló.

“Llevábamos dos o tres días navegando y en el transcurso del viaje el comandante del barco sale a decir su arenga, donde nos comunica que estamos destinados a cumplir una parte de la historia, la recuperación de la toma de Malvinas”, acotó.

Desembarco

Luego del inesperado comunicado, al menos para algunos, Pedro relató que “a partir de ese momento nos entregaron municiones que nunca habíamos usado. Nunca usamos en las prácticas municiones de combate, siempre de fogueo. Nos dieron un trozo de chocolate y nos dicen que el desembarco se iba a producir el 2 de abril a las cuatro, cuatro y media de la mañana”.

“Fue un shock para nosotros”, añadió. Y explicó que “con 18 años no tenés miedo a nada, sentís que podes hacer todo. Antes no medíamos las consecuencias. Pero cuando se produjo el desembarco y entramos en los primeros combates, vimos la posibilidad de quedar ahí. Nos dimos cuenta de que las cosas venían en serio”, aseguró.

En cuanto a la tarea de guerra, Mercol contó que “teníamos como objetivo la captura de la planta de YPF que en su momento estaba en manos argentinas, pero había que tomarla porque había en ellas tropas inglesas. Cerca de las once o doce de la mañana ya estaba el objetivo cumplido, o sea que la isla ya estaba en manos argentinas”, continuó.

“Al día siguiente, mi batallón vuelve al continente pero una sección tenía que quedarse. De los 600 del batallón, la tercera sección fue elegida para que se quedara en Malvinas. En esa estaba yo, y nos quedamos hasta el 20 de junio que fue el ultimo día que tropas argentinas estuvieron en Malvinas. Fueron 74 días”, precisó.

Combate

Pasados los días de espera, el primero de mayo se produce el primer bombardeo. “Ahí fue donde tomamos conciencia de que estaban de verdad viniendo a la isla”, manifestó el excombatiente.

“Estábamos en Puerto Argentino, donde por el momento los bombardeos eran aéreos y navales. Empezaban a las 8 de la mañana y a las 8 de la noche seguían tirando. Todavía no teníamos contacto con la tropa inglesa, pero el día 12 aproximadamente ya tuvimos contacto con ellos, porque venían venciendo a los demás soldados y los últimos que estábamos en la puerta del puerto éramos nosotros”, recordó.

“El día 14 de junio ya no podíamos hacer mas nada y es ahí cuando se produce la capitulación, donde nos toman prisioneros por cinco días. Los ingleses habían metido toda la flota en el frente del puerto y nosotros estábamos todos prisioneros en el aeropuerto. Pensábamos que podía haber algún bombardeo argentino, estábamos pendientes de eso. Pero nuestro presidente ordenó que nos quería a nosotros y a las armas”, siguió relatando.

“Y bueno, después llegó un momento donde no se pudo más y la marina mandó al cabo Bahía Paraíso que nos trajo hasta Puerto Quilla – Santa Cruz y desde ahí llegamos en avión hasta Bahía Blanca. Éramos 26 soldados y volvimos todos. Tuvimos problemas de congelamiento los últimos días de combate cuerpo a cuerpo, pero no nos pasó nada”, manifestó.

Hambre

Por último el veterano de Malvinas declaró desde su punto de vista cómo manejaron los alimentos durante la guerra y si atravesó situaciones de hambre como muchos soldados lo manifestaron.

“Hay que entender que cuando uno entra en guerra a veces las prioridades son otras. Los aviones preferían llevar municiones y armamentos. Nosotros podíamos mandar cartas pero no recibir, a esos lugares los ocupaban con cosas importantes. Lo mismo pasó con la comida”.

“Al principio cuando los aviones no corrían riesgo de bombardeo iban y venían, teníamos alimentos frescos. Pero pasado el tiempo, al hacerse el bloqueo, los aviones no podían llegar entonces la comida escaseaba más”, continuó.

Pedro contó que cuando terminó el conflicto había galpones de comida. “Hay que entender que no podían agotar los recursos porque no sabían cuanto iba a durar el conflicto. Medianamente estaba controlado, pero los últimos días la comida no llegaba o era muy difícil”.

El veterano declaró que cuando no tenían alimentos “hacíamos algún cordero o algún lanar que andaba por la zona, no hacíamos asado al costillar pero lo fritábamos en alguna latita. Sino nos comíamos esos famosos patos”, recordó.

“Vas a encontrar a alguien que te va a contar que paso hambre. Pero hay que entender que no íbamos a pasear, yo lo veo desde este punto de vista. Bajamos muchos kilos y no estábamos como en nuestra casa”, concluyó.