El ninguneo y los veteranos de Malvinas

Por Eduardo Mariano Lualdi.
El ninguneo, como lo llamamos en Argentina, es una forma brutal de la propaganda política y sus medios de difusión de negar la realidad. Cacarean, erizando sus plumas, “la realidad se construye”, e ignoran olímpicamente lo que no les conviene. Muchos de quienes hace años trabajamos en el estudio de temas nacionales conocemos este sistema siniestro de mentir y deformar la realidad. El ninguneo, en algunos asuntos, llega a extremos propios del sistemanazifascista de ocultamiento de la verdad. El asesinato político organizado, masivo o individual, es su extremo. La historia argentina está plagada de brutales ejemplos. Las masacres de principio del siglo XX, el bombardeo a Plaza de Mayo en 1955, la represión dictatorial desde 1976, etc. Sobran ejemplos en el pasado lejano y en los tiempos actuales.


En la historia contemporánea hay que inscribir en la política del “ninguneo” todo lo vinculado al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976 –cuando se vino a voltear las chimeneas y devolver al país a su condición pastoril anterior a 1945–, la deuda externa, la destrucción de todo el sistema de producción y patrimonio nacional, etc., etc., etc. En la “cuestión Malvinas” se lo aplicó al extremo, y en especial contra sus veteranos de Guerra, a los que se los sometió a la campaña de desmalvinización, y se los quiso reducir a “los locos del casco”, como se los llamó en algún momento, o “los chicos de la guerra”, “las víctimas de la dictadura”, etc. La defenestración ayer de algunos de sus más representativos personeros, enquistado en la Comisión Nacional de Ex Combatientes de Malvinas, es una gran noticia y debe ser celebrada, porque hace a la salud de una causa noble.


Tirios y troyanos se inspiraron en el vademécum de pastillas y el aislamiento social, para reducir a “zombis” a ese enorme contingente de compatriotas que enfrentaron al imperialismo en el campo de batalla. Y como diría el General Perón, tomando una sentencia italiana, “una cosa es hablar de la guerra y otra es ir a la guerra. Una cosa es hablar de la muerte y otra es morirse”.Agregaríamos con toda razón, “una cosa es hablar de luchar contra el imperialismo y otra enfrentarlo con las armas en la mano”.


Ayer, 9 de marzo, alrededor de 6000 veteranos de guerra, integrantes de la Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas e Islas del Atlántico Sur y amigos, marchamos durante nueve horas por todo el centro de la ciudad. La columna salió de la Facultad de Ingeniería de la UBA, en Paseo Colón e Independencia, llegó al Edificio Libertador, sede del Ministerio de Defensa, donde una delegación se entrevistó con funcionarios de esta cartera. Luego se marchó al PAMI, a la ANSES, a Cancillería, y finalizó su reclamo en el Cenotafio a los muertos de la Guerra Nacional de Malvinas en Retiro, donde homenajeó a los 649 héroes muertos por la agresión imperialista inglesa. Salvo el canal de TV de Crónica cuando los veteranos estuvieron en ANSES (y que recibió el aplauso de los manifestantes), ningún medio, repito, NINGÚN MEDIO, ni unos ni otros,NADIE, mostró UNA SOLA IMAGEN de semejante acontecimiento político, que tiene notable incidencia en la política de la actual administración, muy proinglesa entre otros “PRO”, como ya se ha explicitado por sus propuestas hacia la potencia ocupante de nuestros territorios. Y los medios nacionales en sus páginas web, por lo menos hasta la madrugada, tampoco escribieron ni una oración de lo ocurrido.

Propagandistas, funcionarios, apologistas, en inglés, en ruso, en chino, etc., hacen del ninguneo un arma con la que creen que pueden construir una realidad que les sea feliz. A lo largo de todo el siglo XX y de lo que va del XXI, esto ha sido un sistema y no una “distorsión” o “un error” de política de Estado, como les gusta decir ahora. La verdadera política de Estado, por ejemplo, que el golpe del 24 de marzo de 1976 aplicó a sangre y fuego, se mantiene hasta la actualidad, y es la de dejar a la Argentina sometida al designio de las potencias extranjeras. Nos dan la opción de elegir si seremos esclavos de una u otra potencia. Como diría alguien muy sabio “No se trata de cambiar de collar, sino dejar de ser perro”.
El desconocimiento sobre los Acuerdos de Madrid, las Leyes de protección a los intereses británicos, la propiedad de Cerro Dragón en manos de la British Petroleum hasta el año 2047, la cuestión de la deuda externa que todos los gobiernos se negaron a investigar tratándose de un fraude monumental, etc., etc., etc., desnudan solo en parte esa política de Estado. Frente al ninguneo podemos citar a Chesterton. Él escribió que hay dos clases de hombres, los que creen que son los árboles los que mueven el viento y los que, al contrario, reconocen que los árboles se mueven por obra del viento.

Al ninguneo, se le puede aplicar aquello de que, “los muertos que vos matáis gozan de buena salud”. Y en el caso de los excombatientes, de muy buena.
10/03/2017

Fuente: Agencia de Noticias y contenidos del Foro Patriótico y Popular