“Malvinas es el elemento aglutinador de América Latina”


“Malvinas es el elemento aglutinador de América Latina”La integración política y la soberanía regional como política hacia el exterior. “La reclamación de Malvinas es un tema regional, de soberanía regional, dentro de una visión de Patria Grande y que es fundamental para el proceso de descolonización”. Entrevista Prensa del Tercer Milenio a Carlos Eduardo Martínez Mendoza, embajador de la República Bolivariana de Venezuela en la Argentina.  Foto: gentileza Embajada de Venezuela en Argentina.


Por Esteban Schoj

“Vine a la Argentina unos cinco años después de la Guerra y el recuerdo estaba muy vivo. Yo era oficial activo en Venezuela y en mi país hubo algunas evaluaciones del gobierno de turno para mandar tropas durante el conflicto de Malvinas. Pero eso no se dio, sin embargo mucho equipo militar nuestro vino a la Argentina. Y te puedo garantizar que hubo en nuestros cuarteles una gran efervescencia de querer venir a combatir”.


El General de Brigada Carlos Eduardo Martínez Mendoza es el embajador venezolano en la Argentina desde mayo de 2011. Recuerda que en 1982, integrantes de las Fuerzas Armadas Venezolanas habían mostrado interés en prestar servicios solidarizándose con los soldados argentinos en las Islas Malvinas. Es que según explicó el embajador en diálogo con Prensa Del Tercer Milenio, “Venezuela ha tenido mucha coherencia con su visión en relación a Malvinas, no sólo de ahorita, sino que la postura en 1982 fue de un abierto apoyo a la Argentina”. Pero el antecedente de la guerra con el Reino Unido no es el único elemento útil para justificar esa coherencia venezolana en materia de soberanía regional. “Hay elementos históricos que han marcado las relaciones entre la Argentina y Venezuela – explicó Martínez Mendoza –. Como el documento que le mandó el gobierno venezolano al gobierno de Buenos Aires alertándolo de una expedición inglesa para tomar las Malvinas. Ese documento fue enviado en 1832. Qué casualidad que ya en aquellos años Venezuela había asumido una postura de apoyo a la Argentina sobre Malvinas. Luego, en 1982, el gobierno de Venezuela tomó una postura muy valiente y el pueblo venezolano asumió con mucho fervor el apoyo a la Argentina. Fíjate que coherencia. Y por supuesto que nuestro actual gobierno, en lo que es quizá la relación más estrecha que hemos tenido argentinos y venezolanos, tiene una postura de apoyo irrestricto en relación a Malvinas”.

-¿Cómo ve Venezuela a las Malvinas?

-Es un tema caro al corazón, no solamente de Venezuela sino de toda América Latina. El elemento que enmarca el tema Malvinas es lo que ha sido la política exterior venezolana en estos 15 años de Revolución. Política exterior que estuvo muy marcada por el pensamiento de Hugo Chávez y que fue trasladada a la visión de un proceso político donde esa política exterior está signada fundamentalmente por el concepto de soberanía. Hay una visión de cooperación y en ese marco de ideas se priorizan las relaciones de orden regional con América Latina y el Caribe. Dentro de los aspectos enmarcados en esa priorización están los temas que tiene que ver con la descolonización definitiva de una región que tiene 200 años haciendo un esfuerzo importante para descolonizarse. Y dentro de esos temas está, por supuesto, Malvinas. Para nosotros Malvinas deja de ser un tema eminentemente de la Argentina. La reclamación de Malvinas es un tema regional, de soberanía regional, dentro de una visión de Patria Grande y que es fundamental para el proceso de descolonización, así como lo es Puerto Rico. Estos son los temas que están más marcados en la agenda venezolana, de apoyar todo lo necesario todas las iniciativas para que Argentina logre el retorno de la soberanía plena de las Malvinas. Actualmente, por todos los avances en materia de integración, una integración que ha dejado de ser sólo comercial y arancelaria para pasar a ser una integración muy política con los gobiernos progresistas en la región, por supuesto que el tema Malvinas es asumido con mucho apoyo en la región, sin ninguna excepción.

-¿Cómo explicaría ese apoyo?

-Nosotros hemos dado pasos importantes y hemos tenido en todos los foros internacionales posturas claras de que las Malvinas son argentinas. Y hemos estado dispuestos, como siempre lo estaremos, a dar ese apoyo, al mismo tiempo que exhortamos al Reino Unido a sentarse a dialogar y a entregar lo que soberanamente es argentino y de la Patria Grande. El presidente Nicolás Maduro ha venido trabajando en ese sentido. Por ejemplo, hemos dado apoyo en el caso de que haya empresas petroleras que pudieran estar explorando en la zona: nosotros las vetaríamos en suelo venezolano. Pero quiero destacar la actuación venezolana en los foros internacionales en los que participa, fundamentalmente en aquellos que tienen que ver con la relación Sur-Sur, donde se ha venido haciendo un gran esfuerzo y que ha permitido que la causa Malvinas tenga para la Argentina un gran apoyo a nivel de otras regiones. Creo que eso se está viendo hoy día como nunca antes, porque hoy el peso de los mecanismos regionales de alguna manera ha abierto las posibilidades de que, en esa relación con otras regiones del mundo, tengamos un apoyo importante en materia de soberanía. El ejercicio colonial del Reino Unido con las Malvinas está asociado también al hecho de tener la capacidad de controlar el Atlántico Sur, sus riquezas y los pasos desde el Océano Atlántico Sur hacía otros mares y regiones del mundo.

-El presidente Maduro dijo que “más temprano que tarde, las Islas Malvinas volverán a manos del pueblo argentino” y destacó la “necesidad de declarar a la región como una zona libre de colonialismo”. ¿Qué hay que hacer para conseguir esto último?

-Hay dos temas fundamentales que están en el tapete en estos momentos en la región en los que coinciden la gran mayoría de los países. Primero, que para que se solidifique un proceso de integración y unidad regional, tenemos que avanzar sobre el tema de soberanía regional. Y la soberanía regional pasa justamente por eso, por ser una zona libre de colonialismo. En segundo lugar, es fundamental declarar a la región como una zona de paz.

-En la XI Cumbre del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América), realizada en febrero de 2012, los presidentes de los países miembros expresaron su apoyo al reclamo soberano de la Argentina sobre las Islas Malvinas y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, dijo que se debían hacer acciones concretas entre las que pidió sanciones al Reino Unido y planteó la retirada del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Venezuela y Ecuador renunciaron al TIAR en junio de ese mismo 2012. (NdR: Según el artículo 3.1 del TIAR, firmado en 1947, “en caso de un ataque armado por cualquier Estado contra un Estado Americano, será considerado como un ataque contra todos los Estados Americanos, y en consecuencia, cada una de las Partes Contratantes se compromete a ayudar a hacer frente al ataque en ejercicio del derecho inmanente de legítima defensa individual o colectiva que reconoce el Artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas”. Cuando fue la Guerra de Malvinas, Estados Unidos desconoció este tratado).

-Yo creo que el TIAR murió hace unos cuantos años y no hay que revivirlo. Ese tratado respondió a un esquema de Guerra Fría que hoy no existe. El TIAR queda fuera de toda posibilidad de ser utilizado como instrumento de apoyo a nivel de la región. La propia Guerra de las Malvinas dio al traste con el TIAR. Ahí se vio que era un mecanismo que no tenía utilidad para los países de la región sino que tenía un solo objetivo: ser útil a quien lo había impuesto, que fue Estados Unidos. Lo que sí creo es que poco a poco tenemos que trabajar fuertemente en los mecanismos de integración nuevos que hemos creado en la región de índole político, como la UNASUR o la CELAC, a fin de que se tome el peso fundamental en la región para establecer un mecanismo o tratado de defensa regional que responda a los intereses de nuestros países y que responda a la preservación de la región como un todo. Esto podría conseguirse a través de un sistema de defensa cooperativa, no sólo desde el punto de vista de la descolonización, sino desde la perspectiva de los recursos naturales, por ejemplo.

-Usted menciona las riquezas y los recursos naturales y uno piensa en el petróleo. Malvinas y Venezuela son dos zonas muy ricas en petróleo.

-Claro. Ese es un tema geopolítico fundamental: la ocupación de Malvinas por parte del imperio Británico busca también proyectarse geopolíticamente sobre los recursos naturales de la Antártida. Esto nos limita en la posibilidad de hacer un ejercicio pleno y soberano de todos los recursos naturales y cómo también preservar, desde una visión de defensa integral, esos recursos que tenemos pero también la propia vida y la propia proyección generacional de nuestros pueblos. Y no tengas dudas que cualquier estrategia de confrontación o cualquier intento de agresión sobre países de la región tendrá una respuesta cohesionada y contundente. Yo creo que eso el imperialismo lo tiene claro, por eso es que hoy han sofisticado los mecanismos de agresión, tratando de vulnerar gobiernos legítimamente constituidos, utilizando a los diferentes medios de comunicación y por supuesto a las grandes corporaciones mediáticas que son instrumento de eso. Pero la sociedad de América Latina hoy es mucho más susceptible, más politizada y tiene una visión mucho más clara de cómo son las cosas. Por eso no tengo la menor duda que ante una agresión imperial en la que se trate de ampliar o sostener los coloniajes, la respuesta de la región va a ser muy diferente a la que pudo haber habido en 1982 cuando ocurrió la Guerra de Malvinas. Va a ser unísona y la capacidad de respuesta será mayor.

-¿Qué es Malvinas a América Latina?

-Por un lado, las Malvinas, a partir de la Guerra de las Malvinas, se convierten en el elemento aglutinador de América Latina alrededor de un hecho concreto. Pero por otro lado, la Guerra se convierte en un antes y un después de Malvinas en términos de lo que son las relaciones internacionales. Esto, pese a todo el esquema de defensa colectiva que había instaurado y había logrado imponer Estados Unidos. Ahí empieza el quiebre perfecto, y ahí se empiezan a ver, en las sociedades de América Latina, las verdaderas realidades palpables de un vecino que ejercía de manera fehaciente la dependencia en los países de la región, pero que a la hora de las chiquiticas no iba a responder con la misma solidaridad cuando los intereses estuvieran en contraposición de sus propias relaciones naturales como imperio que era. Y ahí se vio que Estados Unidos demostró que más allá de cualquier tratado regional, él iba a estar del lado de quienes representen la visión imperial, como era el Reino Unido. Malvinas se convierte en el factor de quiebre de todo lo que se había construido a partir de la Guerra Fría, de 1945, en América Latina en términos de seguridad y defensa, pero también en términos políticos de como Estados Unidos, dándole la espalda a los mecanismos que había construido, deja en evidencia que por encima de cualquier cosa están sus propios intereses por sobre los intereses de la región. La guerra de las Malvinas y toda la lucha que ha tenido Argentina después de la Guerra para lograr la recuperación de las Malvinas mediante una reclamación justa y soberana, quizá haya sido un factor importante, como referente, que nos ha permitido adelantar procesos de integración como los que hoy tenemos. Quizá si Malvinas no se hubiese dado, el proceso de integración y acercamiento de nuestros pueblos pudiera haber estado un poco más retrasado. Creo que Malvinas deja al descubierto que estábamos de espaldas unos con otros y que la única posibilidad era estar unidos unos con otros en la región. Eso le sirvió primero a toda la región entender que el problema de uno era el problema de todos, y desde las perspectivas de nuestros pueblos, internamente, y en este caso el pueblo argentino, entender de que más allá de las presuntas diferencias que teníamos, nosotros estamos mucha más cercanos unos con otros, por razones culturales y sociales. Por razones culturales, Malvinas por primera vez en el siglo XX nos coloca unos frente a otros y no de espaldas como el ejercicio imperial trató de ponernos unos con otros, generando y promoviendo disputas territoriales o por cualquier cosa que nos mantuvieron divididos por casi 200 años. Por eso es que hoy el tema Malvinas es tan permeable y susceptible a todas las sociedades de América Latina y el Caribe. Por eso es también que hay un apoyo desinteresado. Malvinas también se convierte en el símbolo fundamental de soberanía regional; deja de ser un tema de Argentina para pasar a ser un tema en la agenda regional hacía lo externo de la región. - See more at: http://www.prensa3m.com/noticia.php?id=2014-07-02-%93malvinas-es-el-elemento-aglutinador-de-america-latina%94#sthash.KUm0OE30.dpuf