(perfil.com) La reciente desclasificación de los archivos secretos de las FFAA de la Guerra develan detalles del plan para que no hablen en su regreso al continente.
La reciente desclasificación de los archivos secretos de las Fuerzas Armadas de la guerra de Malvinas, dejan al descubierto detalles del plan para silenciar a los soldados a su regreso al continente, en un cuidadoso programa de ocultamiento que fue diseñado por el aparato represivo del Estado durante la dictadura.
"Usted luchó y retribuyó todo lo que la Patria le ofreció: el orgullo de ser argentino. Ahora la Patria le requiere otro esfuerzo: de ahora en más usted deberá no proporcionar información sobre su movilización, lugar de presentación, arma a la que pertenece o aptitud adquirida y su experiencia de combate", expresa en tono amenazante una 'cartilla de recomendaciones' distribuida entre los soldados argentinos cuando volvieron de la guerra librada en 1982 contra el Reino Unido.
El texto secreto que ahora sale a la luz (fechado en junio de 1982) lleva la firma del subjefe II de Inteligencia del Batallón 601 del Ejército, el coronel Mario Davico, una de las figuras clave en el montaje del andamiaje represivo de la dictadura y que formó parte del grupo de tareas argentino que operó en Honduras, a las órdenes del general Guillermo Suárez Mason.
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Davico fue parte de la exportación del programa que la dictadura argentina planificó y monitoreó, y que en Centroamérica se llamó "el método argentino" de terrorismo de Estado, que integraron unos 150 oficiales argentinos; entre ellos los coroneles Santiago Villegas y José "Balita" Riveiro, el capitán Héctor Francés García y los civiles Leandro Sánchez Reisse y Raúl Guglielminetti, según consigna la agencia Télam.
Entre otras sugerencias, en su escrito, Davico le pide a los soldados que volvieron de Malvinas "no ser imprudentes en sus juicios y apreciaciones, no dejarse llevar por rumores ni noticias alarmantes" y los exhorta a "recordar que todos debemos perpetuar la forma heroica como nuestros soldados dieron su vida por la soberanía nacional".
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Otro documento desclasificado da cuenta de la planificación de una "campaña de acción psicológica" entre la sociedad argentina para controlar toda la información relativa a la guerra. Este documento lleva la firma del teniente coronel Osvaldo Lucio Sierra, jefe del Departamento de Acción Psicológica de la Jefatura II del Inteligencia del Comando en Jefe del Ejercito, que fue procesado en el año 2012.
Para lograr un cambio de imagen tras la derrota en la guerra, el plan de comunicación diseñado por Sierra también proponía entrevistas a excombatientes heridos "con el objeto de destacar hechos" del conflicto, y una campaña para "impedir que la subversión capitalice a su favor el dolor o el resentimiento de los familiares de los soldados muertos y desaparecidos".
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Asimismo sugería una "campaña de divulgación de reconocimientos y reparaciones que el Estado contempla para los heridos, muertos y desparecidos en esta gesta heroica del Ejército" y "operaciones psicológicas secretas mediante el empleo de diferentes técnicas y procedimientos".
Los archivos secretos fueron entregados semanas atrás por el ministro de Defensa, Agustín Rossi, a la comisión de excombatientes, luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ordenara -a través del decreto 503/15- la desclasificación de toda la documentación vinculada a Malvinas que se encontraba en los archivos de las Fuerzas Armadas.
Diarios de guerra, informes de inteligencia, fotografías, cables de cancillería y las denominadas "actas de recepción" que debían completar los soldados cuando volvieron de la guerra, forman parte del archivo, que testimonia y ratifica las graves violaciones a los derechos humanos que fueron cometidas por sus superiores durante la guerra.
La reciente desclasificación de los archivos secretos de las Fuerzas Armadas de la guerra de Malvinas, dejan al descubierto detalles del plan para silenciar a los soldados a su regreso al continente, en un cuidadoso programa de ocultamiento que fue diseñado por el aparato represivo del Estado durante la dictadura.
"Usted luchó y retribuyó todo lo que la Patria le ofreció: el orgullo de ser argentino. Ahora la Patria le requiere otro esfuerzo: de ahora en más usted deberá no proporcionar información sobre su movilización, lugar de presentación, arma a la que pertenece o aptitud adquirida y su experiencia de combate", expresa en tono amenazante una 'cartilla de recomendaciones' distribuida entre los soldados argentinos cuando volvieron de la guerra librada en 1982 contra el Reino Unido.
El texto secreto que ahora sale a la luz (fechado en junio de 1982) lleva la firma del subjefe II de Inteligencia del Batallón 601 del Ejército, el coronel Mario Davico, una de las figuras clave en el montaje del andamiaje represivo de la dictadura y que formó parte del grupo de tareas argentino que operó en Honduras, a las órdenes del general Guillermo Suárez Mason.
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Entre otras sugerencias, en su escrito, Davico le pide a los soldados que volvieron de Malvinas "no ser imprudentes en sus juicios y apreciaciones, no dejarse llevar por rumores ni noticias alarmantes" y los exhorta a "recordar que todos debemos perpetuar la forma heroica como nuestros soldados dieron su vida por la soberanía nacional".
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Para lograr un cambio de imagen tras la derrota en la guerra, el plan de comunicación diseñado por Sierra también proponía entrevistas a excombatientes heridos "con el objeto de destacar hechos" del conflicto, y una campaña para "impedir que la subversión capitalice a su favor el dolor o el resentimiento de los familiares de los soldados muertos y desaparecidos".
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Asimismo sugería una "campaña de divulgación de reconocimientos y reparaciones que el Estado contempla para los heridos, muertos y desparecidos en esta gesta heroica del Ejército" y "operaciones psicológicas secretas mediante el empleo de diferentes técnicas y procedimientos".
Los archivos secretos fueron entregados semanas atrás por el ministro de Defensa, Agustín Rossi, a la comisión de excombatientes, luego de que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner ordenara -a través del decreto 503/15- la desclasificación de toda la documentación vinculada a Malvinas que se encontraba en los archivos de las Fuerzas Armadas.
Diarios de guerra, informes de inteligencia, fotografías, cables de cancillería y las denominadas "actas de recepción" que debían completar los soldados cuando volvieron de la guerra, forman parte del archivo, que testimonia y ratifica las graves violaciones a los derechos humanos que fueron cometidas por sus superiores durante la guerra.