(diariolareforma.com)17 noviembre, 2015.
Francisco Antonio García llegó a la ciudad el fin de semana pasado, como parte de una delegación que participó de un reencuentro de tripulantes del buque ARA Cabo San Antonio, en la sede de la Asociación de Veteranos de Guerra ‘Alberto Amesgaray’. Pero este García no es uno más de la guía como se expresa popularmente, este García fue partícipe de una gesta histórica para el país: la Operación Rosario, donde se concretó el desembarco de las fuerzas armadas nacionales en las Islas Malvinas.
El visitante de 63 años, que ayer pasó por esta redacción junto a José Luis Arce, un piquense que formó parte de ese hito, dejó su historia de vida, esa que lo proyectó como profesional de la fuerza y como parte de una discusión que difícilmente concluya en el corto plazo. Y esta discusión, o esas diferencias a las que se acostumbran los argentinos, pasa por terminar de confirmar quienes fueron los documentalistas de ese momento cúlmine para el país. Porque, de hecho, son muchos los que se atribuyen “la primicia del desembarco”, y sólo hace falta repasar distintos medios nacionales para corroborarlo.
Aún ante esas dicotomías, García mantiene la convicción de haber sido uno de ellos y se arroga el derecho, con los documentos en la mano, de haber sido la persona que retrató el momento en que se izaba el pabellón nacional foto que, esa misma tarde del 2 de abril, publicó en su portada la quinta edición del diario La Razón.
El paso a paso, hasta llegar a Malvinas
García nació en Resistencia (Chaco), y muy temprano -precisamente a los 17- se le despertó el gusto por incorporarse a la Armada Argentina, cosa que hizo en el año 1969. “La recuperación de Malvinas fue el inicio de la guerra, pero 4 años antes de estar en el (buque) Cabo San Antonio estuve de comisión en Inglaterra, por dos años (1976-1978), junto a mi esposa y mi hijo recién nacido, para ir a buscar al destructor misilístico ARA Hércules, que se construyó en ese país junto a la Santísima Trinidad, viajamos en avión y volvimos con el nuevo buque”, recordó.
El primer contacto con una posible guerra, García, lo tuvo cuando afloró el conflicto con Chile, y resultó todo un presagio para lo que vendría porque, poco después, pasó a ser parte de la dotación del San Antonio. “Pudo haber errores en el tema Malvinas, pero existió el convencimiento de que teníamos que hacerlo. En mi caso particular fui fotógrafo de guerra por haber sido ‘invitado’ por el comandante a hacerlo, yo hacía fotos sociales, pero buscaban a alguien que pudiera retratar los momentos que vendrían. La dotación del San Antonio tenía muchas prácticas encima, tanto de desembarco como internas, todos teníamos la obligación de poder andar dentro del barco aún sin luces”, agregó.
-Y en el desembarco real allí, en Malvinas, se encontraron con la absoluta realidad… ¿no?
-En principio sentimos miedo, pero después fue pasando, y tomamos el acto con mucha solidaridad. Es que el profesional de la Armada y que siente la fuerza como en otros destinos, jura la bandera hasta perder la vida, y ese juramento es real. Nosotros largamos amarras y salimos a navegar y se nos olvidó la rutina.
-Usted dice que “lo invitaron” a tomar la cámara fotográfica, ¿cómo fue eso?
-El comandante andaba buscando uno, y alguien le señaló que yo tenía conocimiento del tema. En realidad en el barco viajaba un redactor del diario La Razón, Luis Camarotti, y 2 corresponsables del diario La Nueva Provincia (Zurlo y González), los tres fallecieron. Busser, el comandante, me preguntó si quería bajar a tierra para tomar fotografías del momento del desembarco, y no lo dudé.
Por muchos años, durante y después del conflicto, las fotos que tomé no tuvieron el crédito de la autoría, muchas de ellas fueron publicadas señalando que “un desconocido” las había sacado, y esas fotos eran mías.
Pero la foto que me “consagró” en el tiempo fue la tomada al momento del izamiento del pabellón nacional, que fue la foto que mandó a revelar el corresponsal del diario La Razón, y fue foto de tapa de la edición vespertina del 2 de abril, y ese orgullo y crédito no me lo quita nadie.
-Y con el paso del tiempo se armó la polémica sobre quien tuvo la primicia mundial, ¿puede contarlo?
-Zurlo y Fernández, del diario La Nueva Provincia, estaban en las islas, el diario era matutino. Ese día 2 de abril al mediodía aterrizó un avión que venía de Buenos Aires, ya recuperadas las Malvinas, yo tenía dos cámaras y las fotos de una de ella se las entregué a Camarotti, el cronista de La Razón. El vuelve a Buenos Aires ese mismo día, revelan las fotografías y las publican en la Quinta de la tarde, la bandera argentina flameando en Malvinas fue primicia mundial.
Y ahí estuvo la diferencia con Zurlo y Fernández, que pudieron sacar la nota y las fotos al día siguiente, porque el diario era matutino. Por eso, a mí no me hablen de primicias, porque el crédito de la fotografía quedó instalado en la crónica del diario La Razón, de la misma tarde del 2 de abril.
Francisco Antonio García llegó a la ciudad el fin de semana pasado, como parte de una delegación que participó de un reencuentro de tripulantes del buque ARA Cabo San Antonio, en la sede de la Asociación de Veteranos de Guerra ‘Alberto Amesgaray’. Pero este García no es uno más de la guía como se expresa popularmente, este García fue partícipe de una gesta histórica para el país: la Operación Rosario, donde se concretó el desembarco de las fuerzas armadas nacionales en las Islas Malvinas.
El visitante de 63 años, que ayer pasó por esta redacción junto a José Luis Arce, un piquense que formó parte de ese hito, dejó su historia de vida, esa que lo proyectó como profesional de la fuerza y como parte de una discusión que difícilmente concluya en el corto plazo. Y esta discusión, o esas diferencias a las que se acostumbran los argentinos, pasa por terminar de confirmar quienes fueron los documentalistas de ese momento cúlmine para el país. Porque, de hecho, son muchos los que se atribuyen “la primicia del desembarco”, y sólo hace falta repasar distintos medios nacionales para corroborarlo.
Aún ante esas dicotomías, García mantiene la convicción de haber sido uno de ellos y se arroga el derecho, con los documentos en la mano, de haber sido la persona que retrató el momento en que se izaba el pabellón nacional foto que, esa misma tarde del 2 de abril, publicó en su portada la quinta edición del diario La Razón.
El paso a paso, hasta llegar a Malvinas
García nació en Resistencia (Chaco), y muy temprano -precisamente a los 17- se le despertó el gusto por incorporarse a la Armada Argentina, cosa que hizo en el año 1969. “La recuperación de Malvinas fue el inicio de la guerra, pero 4 años antes de estar en el (buque) Cabo San Antonio estuve de comisión en Inglaterra, por dos años (1976-1978), junto a mi esposa y mi hijo recién nacido, para ir a buscar al destructor misilístico ARA Hércules, que se construyó en ese país junto a la Santísima Trinidad, viajamos en avión y volvimos con el nuevo buque”, recordó.
El primer contacto con una posible guerra, García, lo tuvo cuando afloró el conflicto con Chile, y resultó todo un presagio para lo que vendría porque, poco después, pasó a ser parte de la dotación del San Antonio. “Pudo haber errores en el tema Malvinas, pero existió el convencimiento de que teníamos que hacerlo. En mi caso particular fui fotógrafo de guerra por haber sido ‘invitado’ por el comandante a hacerlo, yo hacía fotos sociales, pero buscaban a alguien que pudiera retratar los momentos que vendrían. La dotación del San Antonio tenía muchas prácticas encima, tanto de desembarco como internas, todos teníamos la obligación de poder andar dentro del barco aún sin luces”, agregó.
-Y en el desembarco real allí, en Malvinas, se encontraron con la absoluta realidad… ¿no?
-En principio sentimos miedo, pero después fue pasando, y tomamos el acto con mucha solidaridad. Es que el profesional de la Armada y que siente la fuerza como en otros destinos, jura la bandera hasta perder la vida, y ese juramento es real. Nosotros largamos amarras y salimos a navegar y se nos olvidó la rutina.
-Usted dice que “lo invitaron” a tomar la cámara fotográfica, ¿cómo fue eso?
-El comandante andaba buscando uno, y alguien le señaló que yo tenía conocimiento del tema. En realidad en el barco viajaba un redactor del diario La Razón, Luis Camarotti, y 2 corresponsables del diario La Nueva Provincia (Zurlo y González), los tres fallecieron. Busser, el comandante, me preguntó si quería bajar a tierra para tomar fotografías del momento del desembarco, y no lo dudé.
Por muchos años, durante y después del conflicto, las fotos que tomé no tuvieron el crédito de la autoría, muchas de ellas fueron publicadas señalando que “un desconocido” las había sacado, y esas fotos eran mías.
Pero la foto que me “consagró” en el tiempo fue la tomada al momento del izamiento del pabellón nacional, que fue la foto que mandó a revelar el corresponsal del diario La Razón, y fue foto de tapa de la edición vespertina del 2 de abril, y ese orgullo y crédito no me lo quita nadie.
-Y con el paso del tiempo se armó la polémica sobre quien tuvo la primicia mundial, ¿puede contarlo?
-Zurlo y Fernández, del diario La Nueva Provincia, estaban en las islas, el diario era matutino. Ese día 2 de abril al mediodía aterrizó un avión que venía de Buenos Aires, ya recuperadas las Malvinas, yo tenía dos cámaras y las fotos de una de ella se las entregué a Camarotti, el cronista de La Razón. El vuelve a Buenos Aires ese mismo día, revelan las fotografías y las publican en la Quinta de la tarde, la bandera argentina flameando en Malvinas fue primicia mundial.
Y ahí estuvo la diferencia con Zurlo y Fernández, que pudieron sacar la nota y las fotos al día siguiente, porque el diario era matutino. Por eso, a mí no me hablen de primicias, porque el crédito de la fotografía quedó instalado en la crónica del diario La Razón, de la misma tarde del 2 de abril.