Emanuel Sierra, de Metán, cruzó el Reino Unido en bicicleta para pedir que se abra el diálogo por la soberanía de las islas.
A continuación reproducimos las líneas que diario El País le dedicó al legislador salteño.
Su causa son las Malvinas. Su única arma, una bicicleta. El argentino Emanuel Sierra cruzó pedaleando Reino Unido este invierno para reclamar un mayor diálogo entre Argentina y Gran Bretaña sobre la soberanía de las islas. “Si los ingleses van a Malvinas y realizan prácticas militares, yo simplemente quiero ir con un mensaje más sano a cruzar su país en bicicleta”, argumentó en su escala en el Aeropuerto de Barajas, antes de comenzar el recorrido. Aunque asegura que lo hizo como una manifestación pacífica, admite que el límite con la provocación es "muy delgado".
Sierra llevó durante el viaje una bandera argentina colgada al cuello con el mensaje “Talk about Malvinas” ("hablemos de las Malvinas"). No todos los británicos lo tomaron bien. “Vuélvete a tu país. ¿Por qué vienes a provocar”, le gritaron en Liverpool, su punto de partida. El ambiente en el país tras el Brexit no es el mejor para embarcarse en una travesía de este tipo, pero él dice que nunca tuvo miedo y que cree que este es, precisamente, un buen momento para promover el diálogo. Emanuel es optimista, tiene la sonrisa fácil y se considera músico. Pero su profesión es otra: diputado de la provincia de Salta.
Aunque han pasado 35 años desde la guerra, las Malvinas están muy presentes en Argentina. Al costado de las carreteras de todo el país hay carteles que rezan “las Malvinas son argentinas” y todavía se canta en las escuelas una marcha que asegura que no hay “ningún suelo más querido”. Es un tema que enciende pasiones. Y genera controversias. La última fue provocada por la tarjeta de fin de año de un ministerio argentino, ilustrada con un mapa del país que no incluía a las islas y desató la indignación en las redes sociales. Hasta el punto de que la ministra de Exteriores, Susana Malcorra, tuvo que pedir disculpas públicas. “Vine a recorrer Reino Unido para generar conciencia y que no nos olvidemos de dibujar las Malvinas”, aprovecha Sierra, peronista, para criticar al Gobierno nacional. El incidente ocurrió mientras el diputado estaba en Reino Unido.
Comenzó su recorrido en Liverpool y cruzó en diagonal el país hasta Southend-on-Sea, una ciudad en las afueras de Londres sobre el Mar del Norte. Pedaleó 450 kilómetros en 10 días, con paradas en Birgminham, Oxford y Londres. Un viaje austero, en los que durmió en hostales y se movió solo con sus dos ruedas. Sierra cuenta que se acercaba a los ingleses con la bicicleta y la bandera, para conversar. Los jóvenes fueron los que mejor lo recibieron, aunque muchos no sabían que hubo una guerra. “Los mayores de 45 años recuerdan bien lo que pasó. Dicen que es imposible olvidarlo, aunque no fue una guerra gigante ni duró mucho tiempo”, señala Emanuel. Algunos de ellos preferían no hablar, otros oscilaban entre desentenderse —“es un problema de los Gobiernos”— y justificar la posición británica, recuerda el argentino.
Sierra hace un balance positivo del viaje. “Me interesaba saber qué pensaban los ingleses. Pude comprobar que hay jóvenes que están a favor del diálogo y no ven con malos ojos que se llegue a un acuerdo, incluso prescindiendo de los derechos de soberanía”, explica. El político defiende la posición que siempre ha sostenido Argentina: la única solución posible es la plena integración del archipiélago al territorio del país. Y dice que confía en que se logre, “tal vez no en cinco años, pero sí en veinte”.
“Me encontré con posturas distintas de las mías, pero también con ellos pude tener un diálogo razonable. Todos admiten que las islas están más cerca de Argentina, pero señalan que los Kelpers [los habitantes de Malvinas] tuvieron un referéndum y un 98% votó por seguir siendo británicos”, cuenta el diputado.
Emanuel demanda un mayor diálogo, pero es inflexible. No admite discusión sobre la soberanía de las islas. Cuando tiene que explicar cómo podría solucionarse el conflicto, da respuestas ambiguas. Se limita a proponer una transición con "una especie de gobierno compartido" y asegura que se debe apostar por "las nuevas generaciones" para alcanzar un acuerdo.
No le asusta que lo cataloguen de voluntarista. “Obviamente que al hacerlo yo solo es muy difícil que algo cambie. Pero si todos empezamos a manifestarnos, la situación puede tomar un rumbo”, razona. La idea es poner el cuerpo. “No es solo decirlo, si le pones el cuerpo la gente lo valora de una forma distinta”, destaca Emanuel, que en su país es conocido como el ‘bicidiputado’.
A continuación reproducimos las líneas que diario El País le dedicó al legislador salteño.
Su causa son las Malvinas. Su única arma, una bicicleta. El argentino Emanuel Sierra cruzó pedaleando Reino Unido este invierno para reclamar un mayor diálogo entre Argentina y Gran Bretaña sobre la soberanía de las islas. “Si los ingleses van a Malvinas y realizan prácticas militares, yo simplemente quiero ir con un mensaje más sano a cruzar su país en bicicleta”, argumentó en su escala en el Aeropuerto de Barajas, antes de comenzar el recorrido. Aunque asegura que lo hizo como una manifestación pacífica, admite que el límite con la provocación es "muy delgado".
Sierra llevó durante el viaje una bandera argentina colgada al cuello con el mensaje “Talk about Malvinas” ("hablemos de las Malvinas"). No todos los británicos lo tomaron bien. “Vuélvete a tu país. ¿Por qué vienes a provocar”, le gritaron en Liverpool, su punto de partida. El ambiente en el país tras el Brexit no es el mejor para embarcarse en una travesía de este tipo, pero él dice que nunca tuvo miedo y que cree que este es, precisamente, un buen momento para promover el diálogo. Emanuel es optimista, tiene la sonrisa fácil y se considera músico. Pero su profesión es otra: diputado de la provincia de Salta.
Aunque han pasado 35 años desde la guerra, las Malvinas están muy presentes en Argentina. Al costado de las carreteras de todo el país hay carteles que rezan “las Malvinas son argentinas” y todavía se canta en las escuelas una marcha que asegura que no hay “ningún suelo más querido”. Es un tema que enciende pasiones. Y genera controversias. La última fue provocada por la tarjeta de fin de año de un ministerio argentino, ilustrada con un mapa del país que no incluía a las islas y desató la indignación en las redes sociales. Hasta el punto de que la ministra de Exteriores, Susana Malcorra, tuvo que pedir disculpas públicas. “Vine a recorrer Reino Unido para generar conciencia y que no nos olvidemos de dibujar las Malvinas”, aprovecha Sierra, peronista, para criticar al Gobierno nacional. El incidente ocurrió mientras el diputado estaba en Reino Unido.
Comenzó su recorrido en Liverpool y cruzó en diagonal el país hasta Southend-on-Sea, una ciudad en las afueras de Londres sobre el Mar del Norte. Pedaleó 450 kilómetros en 10 días, con paradas en Birgminham, Oxford y Londres. Un viaje austero, en los que durmió en hostales y se movió solo con sus dos ruedas. Sierra cuenta que se acercaba a los ingleses con la bicicleta y la bandera, para conversar. Los jóvenes fueron los que mejor lo recibieron, aunque muchos no sabían que hubo una guerra. “Los mayores de 45 años recuerdan bien lo que pasó. Dicen que es imposible olvidarlo, aunque no fue una guerra gigante ni duró mucho tiempo”, señala Emanuel. Algunos de ellos preferían no hablar, otros oscilaban entre desentenderse —“es un problema de los Gobiernos”— y justificar la posición británica, recuerda el argentino.
Sierra hace un balance positivo del viaje. “Me interesaba saber qué pensaban los ingleses. Pude comprobar que hay jóvenes que están a favor del diálogo y no ven con malos ojos que se llegue a un acuerdo, incluso prescindiendo de los derechos de soberanía”, explica. El político defiende la posición que siempre ha sostenido Argentina: la única solución posible es la plena integración del archipiélago al territorio del país. Y dice que confía en que se logre, “tal vez no en cinco años, pero sí en veinte”.
“Me encontré con posturas distintas de las mías, pero también con ellos pude tener un diálogo razonable. Todos admiten que las islas están más cerca de Argentina, pero señalan que los Kelpers [los habitantes de Malvinas] tuvieron un referéndum y un 98% votó por seguir siendo británicos”, cuenta el diputado.
Emanuel demanda un mayor diálogo, pero es inflexible. No admite discusión sobre la soberanía de las islas. Cuando tiene que explicar cómo podría solucionarse el conflicto, da respuestas ambiguas. Se limita a proponer una transición con "una especie de gobierno compartido" y asegura que se debe apostar por "las nuevas generaciones" para alcanzar un acuerdo.
No le asusta que lo cataloguen de voluntarista. “Obviamente que al hacerlo yo solo es muy difícil que algo cambie. Pero si todos empezamos a manifestarnos, la situación puede tomar un rumbo”, razona. La idea es poner el cuerpo. “No es solo decirlo, si le pones el cuerpo la gente lo valora de una forma distinta”, destaca Emanuel, que en su país es conocido como el ‘bicidiputado’.