(lanacion.com.ar) El deshielo de las relaciones entre la Argentina y el Reino Unido llegará también a la Antártida. El Gobierno ultima los detalles de un convenio de cooperación científica que prevé firmar con Londres este año y que potenciará el trabajo conjunto entre ambos países en ese territorio.
Según explicaron a LA NACION en la Subsecretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, que depende de la Cancillería, el escrito del convenio está "muy avanzado", al punto de que "se está buscando la ocasión para firmarlo".
El entendimiento, que contempla el trabajo científico conjunto en zonas donde no hay disputas de soberanía -como establece el Tratado Antártico en su artículo cuarto-, prevé que se intensifiquen los contactos entre profesionales de ambas naciones y que se genere un mayor intercambio de información y tecnología. Este último punto, explican en el Ministerio de Relaciones Exteriores, será provechoso para la Argentina por los equipos avanzados con los que cuentan los ingleses.
El convenio formalizará los contactos que ya se estuvieron generando estos meses en el territorio y que representan el mayor acercamiento entre ambos países en esa región en los últimos tiempos.
Aunque las conversaciones siempre se limitaron a las áreas no disputadas -al sur del paralelo 60-, no se descarta que en el futuro se negocien trabajos conjuntos más allá de ese límite político. "Éste es un primer paso. Siempre se trató de evitar que haya rispideces en los acuerdos y así hemos tenido mucho éxito", afirman en la Cancillería.
Vuelve el Irízar
Por su parte, la atención en la campaña antártica de este año estará depositada en un histórico protagonista. Diez años después del devastador incendio que dejó inservible al rompehielos Almirante Irízar, los extensos trabajos de restauración concluyeron y se prevé que en los próximos meses la nave vuelva a estar activa, como lo hizo hasta 2007.
Antes, sin embargo, el buque deberá concluir una serie de pruebas que demuestren su capacidad para volver a operar en altamar. Antes de que comience la campaña de verano, el Irízar hará pruebas en el hielo.
Según el Gobierno, la vuelta al ruedo del buque representará un ahorro cuantioso para las arcas estatales, a pesar de que la restauración costó más de US$ 284 millones. Es que una vez que vuelva a funcionar no se gastará en el pago de alquileres de otros buques rompehielos preparados para trabajar en esa región antártica, una práctica que se volvió indispensable mientras el Irízar estaba en arreglo.
Este año tendrá lugar, también, la primera campaña antártica del nuevo canciller, Jorge Faurie. El año pasado viajó Susana Malcorra.
Según explicaron a LA NACION en la Subsecretaría de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur, que depende de la Cancillería, el escrito del convenio está "muy avanzado", al punto de que "se está buscando la ocasión para firmarlo".
El entendimiento, que contempla el trabajo científico conjunto en zonas donde no hay disputas de soberanía -como establece el Tratado Antártico en su artículo cuarto-, prevé que se intensifiquen los contactos entre profesionales de ambas naciones y que se genere un mayor intercambio de información y tecnología. Este último punto, explican en el Ministerio de Relaciones Exteriores, será provechoso para la Argentina por los equipos avanzados con los que cuentan los ingleses.
El convenio formalizará los contactos que ya se estuvieron generando estos meses en el territorio y que representan el mayor acercamiento entre ambos países en esa región en los últimos tiempos.
Aunque las conversaciones siempre se limitaron a las áreas no disputadas -al sur del paralelo 60-, no se descarta que en el futuro se negocien trabajos conjuntos más allá de ese límite político. "Éste es un primer paso. Siempre se trató de evitar que haya rispideces en los acuerdos y así hemos tenido mucho éxito", afirman en la Cancillería.
Vuelve el Irízar
Por su parte, la atención en la campaña antártica de este año estará depositada en un histórico protagonista. Diez años después del devastador incendio que dejó inservible al rompehielos Almirante Irízar, los extensos trabajos de restauración concluyeron y se prevé que en los próximos meses la nave vuelva a estar activa, como lo hizo hasta 2007.
Antes, sin embargo, el buque deberá concluir una serie de pruebas que demuestren su capacidad para volver a operar en altamar. Antes de que comience la campaña de verano, el Irízar hará pruebas en el hielo.
Según el Gobierno, la vuelta al ruedo del buque representará un ahorro cuantioso para las arcas estatales, a pesar de que la restauración costó más de US$ 284 millones. Es que una vez que vuelva a funcionar no se gastará en el pago de alquileres de otros buques rompehielos preparados para trabajar en esa región antártica, una práctica que se volvió indispensable mientras el Irízar estaba en arreglo.
Este año tendrá lugar, también, la primera campaña antártica del nuevo canciller, Jorge Faurie. El año pasado viajó Susana Malcorra.