Confirmación oficial Identificaron al soldado 104 de Malvinas: la historia de las fotos que halló su madre 27 años después y su última carta
Se trata de un cordobés, Fabricio Carrascull, quien participaba del
combate en Pradera del Ganso cuando falleció con sólo 18 años el 28 de
mayo de 1982.
Con tan solo 18 años, Fabricio Edgar Carrascull cayó en combate en la Guerra de Malvinas el 28 de mayo de 1982. Nacido en Hernando, Córdoba, su cuerpo fue identificado en el marco del Plan Proyecto Humanitario Malvinas y se convirtió en el soldado 104 en ser localizado en el cementerio de Darwin.
Como cada uno de los caídos en el archipiélago, la historia de Carrascull tiene su particularidad: en 2009, después de 27, su madre, Isabel Esther López, recuperó fotos que su hijo había tomado durante la nefasta guerra.
Al momento de ser alcanzado por las balas enemigas, el joven cordobés tenía en uno de los bolsillos de su pantalón una pequeña cámara de fotos y dos rollos completos en el otro. Sin embargo, cuando el entonces subteniente Juan José Gómez Centurión comenzó a cavar la fosa para sepultar varios cuerpos, esos objetos no estaban: uno de los militares ingleses se los había llevado.
Años después, un ex combatiente y amigo de Carrascull, Eric Langer, recuperó las fotos en un viaje que hizo a las islas. “La historia es increíble, Eric viajó en marzo a Malvinas junto con otros veteranos y sus familias. Allá querían alquilar un jeep (...) A través de una traductora, se comunicaron con el kelper, que finalmente les alquiló un jeep. Eric llevaba un pasamontañas como el que tenía puesto en la guerra y el kelper lo miraba raro y al cabo de un rato rompió en llanto", contó López en su momento al diario La Voz del Interior.
Según el relato, el isleño sacó de un cajón una fotocopia color suya vestido de combate y con el pasamontañas puesto. Esa foto se la había sacado Fabricio y el hombre tenía también otras dos fotografías. Cuando le pidieron que explicara cómo las había obtenido dijo que cuando se cumplieron los 25 años de la guerra, muchos militares ingleses volvieron a las islas a recordar ese aniversario y que uno de ellos le alquiló un jeep, le dejó las fotocopias color y le indicó: “Cuando venga algún argentino dáselas”.
Con tan solo 18 años, Fabricio Edgar Carrascull cayó en combate en la Guerra de Malvinas el 28 de mayo de 1982. Nacido en Hernando, Córdoba, su cuerpo fue identificado en el marco del Plan Proyecto Humanitario Malvinas y se convirtió en el soldado 104 en ser localizado en el cementerio de Darwin.
Como cada uno de los caídos en el archipiélago, la historia de Carrascull tiene su particularidad: en 2009, después de 27, su madre, Isabel Esther López, recuperó fotos que su hijo había tomado durante la nefasta guerra.
Al momento de ser alcanzado por las balas enemigas, el joven cordobés tenía en uno de los bolsillos de su pantalón una pequeña cámara de fotos y dos rollos completos en el otro. Sin embargo, cuando el entonces subteniente Juan José Gómez Centurión comenzó a cavar la fosa para sepultar varios cuerpos, esos objetos no estaban: uno de los militares ingleses se los había llevado.
Años después, un ex combatiente y amigo de Carrascull, Eric Langer, recuperó las fotos en un viaje que hizo a las islas. “La historia es increíble, Eric viajó en marzo a Malvinas junto con otros veteranos y sus familias. Allá querían alquilar un jeep (...) A través de una traductora, se comunicaron con el kelper, que finalmente les alquiló un jeep. Eric llevaba un pasamontañas como el que tenía puesto en la guerra y el kelper lo miraba raro y al cabo de un rato rompió en llanto", contó López en su momento al diario La Voz del Interior.
Según el relato, el isleño sacó de un cajón una fotocopia color suya vestido de combate y con el pasamontañas puesto. Esa foto se la había sacado Fabricio y el hombre tenía también otras dos fotografías. Cuando le pidieron que explicara cómo las había obtenido dijo que cuando se cumplieron los 25 años de la guerra, muchos militares ingleses volvieron a las islas a recordar ese aniversario y que uno de ellos le alquiló un jeep, le dejó las fotocopias color y le indicó: “Cuando venga algún argentino dáselas”.