(lanacion.com.ar) La Asamblea General de las Naciones Unidas acaba de instar expresamente a Gran Bretaña a cesar su presencia colonial en las islas Chagos, en las que está emplazada una enorme base militar norteamericana, y a devolver lo más rápidamente posible y en no más de seis meses ese territorio a Mauricio, que lo reclama con razón. Hablamos de un archipiélago compuesto de unas 50 pequeñas islas ubicado en el océano Índico. La Argentina fue uno de los patrocinantes de la resolución referida, dictada en junio de 2017.
Esa decisión, tomada con 116 votos a favor y tan solo 6 en contra, con la abstención de algunos miembros, entre los cuales estuvieron Francia y Alemania, se suma a la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicia solicitada oportunamente por la Asamblea General y emitida en idéntico sentido.
El alto tribunal internacional sostuvo que cuando Gran Bretaña concedió la independencia a Mauricio, en 1965, debió haber también entregado a ese país el archipiélago de Chagos, conforme a las normas que gobiernan los procesos de descolonización.
Gran Bretaña es aún una potencia colonial que sigue sin respetar normas que, respecto de esta delicada materia, se sancionan en el ámbito de las Naciones Unidas.
Las opiniones comentadas de la Asamblea General de las Naciones Unidas y de la Corte Internacional de Justicia tienen, en términos generales, efectos muy positivos para el diferendo de la Argentina con relación a las islas Malvinas y otras islas del Atlántico Sur ocupadas ilegalmente por Gran Bretaña. Cabe recordar que la resolución 1514 (XV) de la Asamblea General, que es la piedra angular de la descolonización, ratificó en su momento el principio de la integridad territorial como corolario de la libre determinación, que solo corresponde a aquellos pueblos que son efectivamente titulares de ese derecho y que no es el caso de los habitantes de las islas Malvinas. La Corte, por su parte, destacó el rol central de la Asamblea General de la ONU en materia de descolonización.
Pese a que Gran Bretaña sostiene que nada tiene que conversar con la Argentina sobre la soberanía respecto de las islas del Atlántico Sur, el tema está incluido en la agenda de descolonización de las Naciones Unidas, desde donde, año tras año, se aprueba una exhortación a negociar la cuestión con la buena fe que corresponde. Esta es desoída, arbitraria y sistemáticamente, por el Reino Unido. No obstante, la cuestión sigue abierta y reviste el carácter de irrenunciable para nuestro país.
Sería muy positivo que nuestra Cancillería asignara a un grupo de trabajo especial el análisis de los alcances y consecuencias legales de las decisiones comentadas, incluyendo un contacto directo con Mauricio, que cubra las posiciones y argumentos jurídicos que ese país mantiene en su diferendo con Gran Bretaña.