01/07/2023 Taiana frenó la colocación del radar británico en Tierra del Fuego, que el gobierno provincial avalaba con cómplice silencio

(https://palsur.com.ar/) UN INTROITO NECESARIO

A modo de breve introducción debo señalar que los instrumentos por excelencia para el desarrollo de políticas de inteligencias y eventualmente como instrumentos jerarquizados para la guerra de detección y destrucción del enemigo, son los satélites y los radares. Tan así es esto que, durante la guerra de Malvinas, ambos jugaron un papel importantísimo. Esto lo podemos corroborar en la llamada "Operación Fingent"1, que consistía en el posicionamiento de un radar ingles en Chile, protegido por el ejército de Pinochet, en Balmaceda (Chile), a la altura de Comodoro Rivadavia, que fue un instrumento de utilidad fundamental para monitorear movimiento de tropas, zarpamiento de buques y movimientos aéreos; y este es solo un caso de una tupida maraña de antecedentes en la gesta de Malvinas.

Desde esta conceptualización, y con el riguroso recuerdo de la Guerra de Malvinas, huelga decir que cualquier cuestión vinculada a la colocación de satélites y radares, de notoria sensibilidad para los intereses nacionales, debería ser monitoreada exhaustivamente. Por desgracia ello no fue así. Lo que sí ocurrió fue la detección de movimientos subterráneos entre funcionarios de distintos niveles estaduales de nuestro país, miembros de la embajada y militares de alto rango del ejército norteamericano, que pusieron la mirada en Tierra del Fuego para poner en funcionamiento un sistema de radarización complejo para monitorear los movimientos aéreos y espaciales en el atlántico sur. Todo ello de manera oculta y con la anuencia de funcionarios de Tierra del Fuego.

EL DESARROLLO DE LA TRAMA

Hace aproximadamente una semana ,el 21 de junio, me enteraba y hacía desayunar a muchos fueguinos por las redes2, de que en la Isla Grande de Tierra del Fuego, una empresa de capitales británicos y estadounidenses, iba a instalar un radar que no solo tenía potencial uso militar, sino que, producto de ello, transformaba a ese territorio argentino en un posible objetivo militar en caso de escalar una disputa global de características militares entre las principales potencias que batallan por la hegemonía global.

Hoy esta situación tuvo un corte, ya que el Ministro de Defensa, Jorge Taiana, dio un paso3 atrás sobre esta decisión de la Secretaría de Telecomincaciones, por lo menos temporalmente, pidiendo a la Jefatura de Gabinente de Ministros "suministre información sobre la actividad de la Empresa radicada en Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur y todo lo que pueda aportar mas claridad sobre el tema". Producto de esto, creo que es importante realizar un breve informe -muy sintetizado- de algunos aspectos de lo que sucedió con este radar que quiere colocarse en el centro de la Isla Grande de Tierra del Fuego a unos 600 km de Malvinas.

EL RADAR

 El instrumental está destinado, según explican los especialistas4 del portal Radar Internacional, a “la detección de satélites, misiles y otros objetos en órbitas espaciales bajas”. Es decir, es un dispositivo de la OTAN que aportaría información clave para la defensa de los intereses bélicos británicos y estadounidenses, más específicamente al Comando Espacial y a la Agencia de Defensa Anti-misiles, dándole a los eternos aliados de los británicos, desde Argentina, la “posibilidad de cerrar la brecha global en la cobertura del conocimiento de la situación del espacio”, integrando así nuestro país a una “red global de países” colonizados por estas infraestructuras con potencial uso bélico en defensa o contra otros países, como ser Rusia y China.

La colocación de este radar, a pesar que tomó estado público gracias a una filtración de la prensa hace poco tiempo, no es algo que haya surgido de manera rápida, sino que es producto de un lento proceso de penetración y complicidad a nivel nacional y provincial con los intereses británico-estadounidenses. Un contubernio que es importante exhibir, para evitar su profundización, de espalda al pueblo argentino y fueguino.

DATOS PARA INICIAR EL ANÁLISIS POLÍTICO

Primeros pasos formales

Si bien según exponen algunas fuentes, la tramitación del emplazamiento de este dispositivo comienza embrionariamente en 2020 a partir de misiones subterráneas ante el gobierno nacional y provincial por parte de los gestores de los intereses anglosajones, recién en 2022 estas gestiones empiezan a tomar carácter formal, cuando el 4 de marzo de ese año la empresa principalmente británica LeoLabs realiza el trámite registral en la Inspección General de Justicia5 en la Ciudad capitalina de Ushuaia, bajo la Denominación Social Leolabs Limited y Leolabs Space Holdings Limited6.

Luego, a nivel institucional, dentro y por impulso del Estado argentino, todo comienza a tomar más forma el 15 de noviembre de 2022, cuando el Subsecretario de Telecomunicaciones y Conectividad de la Nación, Mariano Lombardi6, por medio de una DISPOSICIÓN7 otorga la autorización a esta empresa para instalar y poner en funcionamiento una Estación Terrena en Banda S, así como también el uso de la órbita-espectro en donde iba a operar dicho radar para rastrear y monitorear objetos LEO (Low Earth Orbit).

Hasta acá, quien no conozca a los funcionarios, le resultaría muy difícil entender cómo el gobierno provincial fueguino, solo con estos datos, por lo menos desde noviembre de 2022, no puso el grito en el cielo o comenzó a explicar a los fueguinos qué era lo que se estaba pergeñando supuestamente desde Nación y cuáles eran las motivaciones geopolíticas para ello. Digo esto porque hay que recordar que cuando en otros gobiernos sucedían cuestiones parecidas, el ataque por parte de los que hoy están en el ojo de la tormenta era justificadamente rabioso en defensa de los intereses nacionales, y ahora, ellos en el poder proceden de con iguales formas de los que antes criticaban.

Y sobre este uso político de las cuestiones de soberanía, antes pasar a la resumida crónica de lo sucedido, quiero decir que también molesta que los que no hace mucho se rasgaban las vestiduras por un supuesto puerto chino con funciones militares8 en Tierra del Fuego, cosa que era una total mentira según explicó el Ing. Horacio Tettamanti en una entrevista9, ante el emplazamiento de un radar británico-estadounidense no parecen tan molestos, y solo publican algunos twitts tibios, como si solo les ofuscara el collar chino y no el anglosajón. En vista de esto, parafraseando un poco, podemos sostener que algunos prefieren ser perro faldero de aquellos que masacraron a nuestros héroes y ayudan a consolidar la colonia en Malvinas, mientras yo reniego de toda imposición de dueño, porque la veradera razón de la soberanía es que nadie nos trate como perros.

El transitar de un gobierno ladino

Para comenzar el análisis político de la situación, es muy importante recordar las recurrentes visitas del Comando Sur de Estados Unidos a la Provincia, que inician formalmente en 2021, ni bien terminada la pandemia10, cuando, usando de excusa brindarnos equipamiento para combatirla, el almirante Craig Faller, a propuesta del Secretario de Estado estadounidense Antony Blinken, visitó la Isla Grande de Tierra del Fuego para atenuar el temor que produce la aproximación de nuestro país con China y el impacto que esto podía tener en el equilibrio del Atlántico Sur, que en gran parte está usurpado por el Reino Unido gracias al apoyo estadounidense.

Ya en abril de 2021, según expresaron varias fuentes, el militar yanqui que visitaba la provincia se había mostrado muy interesado en instalar una base en la provincia11 para así poder tener bajo indiscutible dominio de la OTAN ese punto geoestratégico clave y los recursos naturales que esa zona de disputa mundial posee. Una actitud muy coherente con lo que había hecho el año anterior cuando envió un buque de la Guardia Costera norteamericana a patrullar el Atlántico Sur12 buscando “contrarrestar la pesca ilegal” principalmente china, en lo que se denominó “Operación Cruz del Sur”. Resalto que solo le preocupaba la depredación China, porque no le interesa la que hace la colonia Británica en Malvinas, de la cual ellos son socios, y cuyo impacto depredatorio13 es igual o más importante, y claramente muchísimo más lesivo a nuestros intereses nacionales que jamás protegió ni protegerá EEUU.

Un año después de esta visita, el 23 de abril de 2022, la Generala Laura J. Richardson14 desembarcó de visita en Argentina con el objetivo “fortalecer relaciones con los países del continente” –léase; hacer inventario de recursos-. En este marco, dos días después de los encuentros con funcionarios nacionales, el 25, arribó a la Ciudad de Ushuaia15 donde se puso particularmente al tanto de las actividades que desarrolla la Armada Argentina en la zona austral del país. Una actividad que destaco porque está estrechamente relacionada con lo que atañe a este breve informe, porque ella misma dijo16 que la idea del Comando Sur era colocar equipamiento estadounidense, para contrarrestar el avance chino y ruso en la región. Es decir, consolidar su patio trasero por medio de “equipamiento” (léase, radar).

Con estos datos, como primera lectura, podemos decir que la presencia estadounidense en la Isla fue intensa durante el periodo abril 2021- abril 2022, al punto de que máximas autoridades en temas relativos a asuntos geopolíticos y militares estadounidenses visitaron Tierra del Fuego, produciéndose, en medio de esas visitas –el 4 de marzo-, la inscripción de la empresa Leolabs en la Inspección General de Justicia fueguina. Todos eventos que el gobierno provincial no puede desconocer, y que seguramente a sus disfuncionales funcionarios les encantaría no recordemos.

En aras de continuar con la sintética descripción cronológica de la penetración extranjera en el extremo sur de la soberanía argentina, quiero decir que 2023 no quedó para el olvido. Todo lo contrario. Merece ser intensamente recordado.

El 10 de marzo, el Embajador estadounidense en Argentina, Marc Stanley, viajó a Tierra del Fuego16 y estuvo de gira por la toda la Isla Grande con el Gobernador Gustavo Melella17, junto a su Secretario de Asuntos relativos a Malvinas, Atlántico Sur y Antártida, Andrés Dachary18, y la subsecretaria de Asuntos Geopolíticos, Carolina Lavori19. Un paseo muy pero muy fructífero para los intereses británico-estadounidenses, ya que tres días luego de este paseo non santo por la provincia, desde el twitter oficial de la Empresa LeoLabs20, se anunciaba a todos los fueguinos que iba a colocarse este radar, y, para hacerlo aún más institucional, al otro día, el CEO de la empresa, Daniel Caperley, desde la embajada argentina en EEUU y como no podía ser de otra manera por medio del twitter oficial21 de la embajada argentina, le ponía todas las palabras a lo que se había estado gestionando con total impunidad y hermetismo. Estaban todos felices porque se iba a instalar un radar de la OTAN en el sector argentino de la Isla Grande de Tierra del Fuego, en la zona de Tolhuin, y se confirmaba que iba a terminar de construirse a final de año. Es decir, triste y preocupantemente, ya se estaba construyendo.

Funcionarios que no funcionan y sobres que ya no alcanzan 


A esta altura no es difícil observar el pornográfico contubernio orquestado para hacer todo esto a espaldas del pueblo argentino en general y del fueguino en particular, conformado por los funcionarios nacionales, el gobierno provincial fueguino y las embajadas británicas y estadounidenses. Un ocultismo que se rompe cuando el Ministro Taiana, pone temporalmente fin a esto obligando a todos los intervinientes a hacer control de daños, es decir, empezar a salir en los medios para exhibir una cara endurecida por los abultados sueldos y viáticos.

Imagínense el desconcierto que produjo esta situación tan aberrante, que algunos medios siempre afines al gobierno provincial tuvieron que señalar -en búsqueda de atenuarlo- el cómplice silencio del gobierno fueguino, para mientras, con ello, intentar por todos los medios posibles desviar la responsabilidad del gobierno y sus funcionarios hacia las personas que, también repulsivos culpables y cómplices, colaboraron como presta nombres para estas penetraciones coloniales22 en nuestro territorio provincial.

En este contexto es que luego de por lo menos 3 meses de cómplice y sospechoso silencio -tiempo contado desde que se anunció la instalación del radar desde la embajada argentina en Estados Unidos por el CEO de Leolabs- y que solo finalizara a raíz del freno que puso el Ministro de Defensa, el Secretario Asuntos relativos Malvinas, Antártida y Atlántico Sur,Andres Dachary, salió a brindar declaraciones sobre la actitud de Taiana23, obviamente todas acordes a su nivel de compromiso con la soberanía y los fueguinos: “Nos parece muy sana su intervención para tranquilidad de todos”. Es decir, le parece sana la intervención que ni él ni su gobierno solicitó formal y oportunamente para dejar tranquilos a los fueguinos.

En el mismo descargo, también se encargó de exhibir un nivel de hipocresía que podría ser chistoso si no proviniera de un funcionario público de primer orden refiriéndose a un tema tan delicado, y se lo puede leer tratando de estúpidos a los fueguinos al decir que “en ningún momento se presentó este proyecto con fines militares”. Claramente la argumentación formal para el establecimiento del radar de esas características en un territorio de alto grado de interés y conflictividad geopolítica no va contener su posible uso militar.

Debería saber, porque para eso le pagan a él y a Carolina Lavori, que, a nivel geopolítico, estos juegos se hacen por medio de Caballos de Troya, y que más allá de que los proyectos presentados -y que nunca comunicó al pueblo fueguinos- puedan o no determinar posibles usos militares, ellos pueden existir, y en diferentes intensidades. A tal punto es esto así que, por su grado de complejidad, estos instrumentos pueden poseer un gran abanico de usos que podrían pasar totalmente desapercibidos a los propios científicos argentinos y la propia Defensa Argentina.

Uno de los detalles que resalta el funcionario, que pareciera fuera para intranquilizar aún mas a los fueguinos, es que el proyecto, según él, depende de la Universidad Nacional de La Plata, la misma que en 2015, presentó una iniciativa para dividir la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur24 y dársela a los kelpers. Una universidad está cooptada por un grupo de Veteranos -el CECIM- que luego de reunirse en la embajada británica, en 2006, ayudaron a la hija de Margaret Thatcher (Carol)25 a hacer un documental en honor a su madre, y para ello viajaron a Malvinas, y que hoy recibe donaciones de una empresa26 que a través de otra pesca ilegalmente en Malvinas.

Luego el funcionario, ya no pudiendo tapar el sol con las manos y por supuesto tratando de lavarse las manos bien manchadas, explica que la única intervención de la provincia en este tema “tiene que ver con la aprobación de las cuestiones ambientales”. Es decir: él y su compañera Lavori están totalmente ausentes del análisis político institucional ante el hecho de que una empresa británica-estadounidense (de la OTAN) quiera poner un potentísimo radar con potenciales usos militares en la Provincia que tiene usurpado su territorio por el Reino Unido y militarizado por la propia OTAN.

Para Dachary, la única que tiene que intervenir es la Ministra de Producción Ambiente y Desarrollo, Sonia Castiglione27, que no hace mucho dijo a la Revista Puerto28 que quería facilitar, desde un puerto a crearse en Río Grande, la depredación ilegal29 e insustentable que los barcos chinos hacen en la Milla 201 del Mar Argentino. Impresentable todo, todos y todas.

Por último, tratando de ocultar toda la trayectoria que tuvo él en las gestiones de la instalación del radar, el gobernador fueguino Gustavo Melella, salió a respaldar el freno temporal al radar en Tierra del Fuego diciendo que “A la soberanía hay que defenderla”30. Dichos que pareciera solo están destinados a tomar de tontos a los fueguinos, ya que, el que la defendió fue Taiana y no él, elegido por el pueblo fueguino -ni sus funcionarios- siendo que fue él quien estuvo detrás de todas las misiones para que se lleve adelante dicha instalación, de espaldas al pueblo. Y, para que tenga más impacto este asalto de compromiso mediático con la patria, tratando de usar a nuestros caídos para tapar su compicidad con laimplantación de radar británico, dijo que iba elaborar un proyecto para “declarar persona no grata a la Embajadora británica Kersty Hayer” por lo que esta dijo del proceso que algunos denominan de identificación. Cuestión que es realmente loable en cuanto al hecho, pero que, a las claras, se presenta ahora solo para ocultar la irresponsabilidad y complicidad con que su gobierno se manejó en un tema tan sensible y que claramente involucra la Cuestión Malvinas. 

UN ATISBO DE CONCLUSIÓN

El Subsecretario de Telecomunicaciones y Conectividad de la Nación, junto con los funcionarios intervinientes del gobierno nacional, son los principales responsables de esto, y el gobierno provincial fueguino junto con su ausente funcionariado es el cómplice necesario, no solo de la intención de establecer el radar que puede ser más o menos nocivo, sino principalmente de intentar hacerlo premeditadamente a espaldas del pueblo, y jugando a varias puntas con peligrosos poderes internacionales y perjudicando la soberanía argentina sobre el Atlántico Sur, en clara sociedad con el usurpador que asesinó a nuestros valientes combatientes para seguir, no solo usurpando, sino profundizando la militarización que ahora quieren irradiar hacia nuestra provincia, con todo el peligro que ello conlleva a los habitantes.

Ya no alcanzan abultados sobres para tapar esta situación que se estuvo ocultando porque sabían que podía impactar en la elección, ahora es necesario que se  brinde claridad al respecto, y no para tratar de explicar lo inexplicable, sino para hacer docencia sobre estos asuntos. Porque ese acto de enseñanza es una actitud de gobierno que hoy debiera ser un imperativo de toda gestión que quiera un pueblo realmente libre y soberano, alejado de la ignorancia en la que nos quieren sumir aquellos que copulan con todos los poderes para saciar sus insaciables apetitos electorales o económicos.

Luciano R. Moreno Calderón

Unión Malvinizadora Argentina

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