El 2 de mayo se cumplirán cuarenta y dos años de la mayor tragedia naval en la historia de la Armada argentina, un hecho que marcó un antes y un después en la guerra de Malvinas: el hundimiento del crucero ARA General Belgrano, en el que perdieron la vida 323 tripulantes y 770 lograron sobrevivir no solo al ataque con dos torpedos y las penurias de la tormenta y las bajas temperaturas en altamar. El recuerdo de ese episodio es oportuno en esta hora en la cual deben reafirmarse sin titubeos las políticas oficiales por la soberanía argentina de las Islas Malvinas.
No debe olvidarse que la operación de destruir al viejo navío de la Segunda Guerra Mundial fue realizada cuando el crucero surcaba el Atlántico Sur, fuera del área de la ‘zona de exclusión’ de 200 millas de radio, y por tanto su ataque con torpedos fue considerado un crimen de guerra.
La calificación del hundimiento del Belgrano como un crimen de guerra ha sido sostenida por distintos autores y especialistas en temas bélicos. Pero los ingleses tienen una historia oficial y no se han apartado de la misma en ningún momento, según la cual fue un hecho de guerra legítimo.
El viejo Phoenix, tal la denominación originaria del barco cuando estuvo en el ataque japonés a Pearl Harbor, llevaba a bordo 1.093 tripulantes, de los cuales 323 quedaron en las profundidades del Atlántico.
Siempre se ha mencionado el alto número de víctimas fatales producidas en este episodio en el mar, dado que en todo el conflicto de la guerra contra los ingleses los caídos fueron 649 compatriotas.
En distintas partes de la provincia habrá ceremonias de homenaje a los hombres del Belgrano. Uno de esos encuentros se hará en el Concejo Deliberante de la ciudad de Mendoza, el 2 de mayo, a las 15.30, con la presencia de extripulantes, entre ellos sanjuanino Daniel Agüero (64), último timonel de maniobras del barco enviado a pique de manera artera.
Asimismo, en primer día de mayo se evoca el bautismo de fuego de los hombres y aviones de la Fuerza Aérea Argentina.
La rememoración tiene que ver con aquel sábado 1º de mayo de 1982, en que nuestra Fuerza Aérea abrió fuego por primera vez contra unidades extranjeras con el objeto de repeler el ataque de la Fuerza Aérea británica sobre nuestras Islas Malvinas.
El 1° de mayo, a las 4.40, los ingleses comenzaron a bombardear con aviones Vulcan y Sea Harrier los dos aeródromos militares de la FAA en Puerto Argentino y Puerto Darwin y enviaron buques del grupo de asalto anfibio a las costas malvinenses. A las 16 de ese día, la FAA libró la primera batalla en su historia para impedir esa acción, lo que constituyó su bautismo de fuego.
Como consecuencia de esa acción heroica fallecieron el capitán Gustavo García Cuerva, los primer tenientes Mario Hipólito González y José Leónidas Ardiles, los tenientes Daniel Antonio Jukic y Eduardo Raúl de Ibáñez, los cabos Mario Duarte, Juan Antonio Rodríguez, Miguel Ángel Carrizo, José Alberto Maldonado, Agustín Hugo Montaño, José Luis Peralta, Luis Brashich y los soldados Héctor Ramón Bordón y Guillermo García.