2 de Abril
El día de la recuperación
Autor: Rolando Mendez
A lo largo de la historia de nuestro país existen muchos acontecimientos, muchos hombres y muchas vicisitudes por las que han tenido que atravesar los que estuvieron antes que nosotros, y en las mas recientes, nos ha tocado a nosotros ser los que debimos sufrirlas o disfrutarlas.
La historia siempre fue una materia en todas las escuelas de nuestro país, pero tengo la sensación que siempre se estudio como un medio para conocer que paso en el pasado, y no como un medio para aprender del mismo. Así que muchas veces cometemos los mismos errores de antaño, demostrando que no hemos tenido en cuenta la historia para evitar equivocarnos nuevamente.
También existen acontecimientos que deliberadamente hemos tratado de olvidar. Ya sea por orgullo herido, por conveniencia política, por dolor, por negligencia, o tantos otros motivos.
Lamentablemente Malvinas es uno de ellos.
El día de la recuperación
Autor: Rolando Mendez
A lo largo de la historia de nuestro país existen muchos acontecimientos, muchos hombres y muchas vicisitudes por las que han tenido que atravesar los que estuvieron antes que nosotros, y en las mas recientes, nos ha tocado a nosotros ser los que debimos sufrirlas o disfrutarlas.
La historia siempre fue una materia en todas las escuelas de nuestro país, pero tengo la sensación que siempre se estudio como un medio para conocer que paso en el pasado, y no como un medio para aprender del mismo. Así que muchas veces cometemos los mismos errores de antaño, demostrando que no hemos tenido en cuenta la historia para evitar equivocarnos nuevamente.
También existen acontecimientos que deliberadamente hemos tratado de olvidar. Ya sea por orgullo herido, por conveniencia política, por dolor, por negligencia, o tantos otros motivos.
Lamentablemente Malvinas es uno de ellos.
Telex entre Londres y Pto. Argentino una vez consumada la recuperación
Hoy es Primero de Abril de 2003, un día antes del vigésimo primer aniversario de la recuperación de nuestras islas y un día después del feriado que con motivos comerciales se cambian al primer día laboral de la semana para prolongar el descanso y gastar unos pesitos mas en alguna salida. Mañana, Dos de Abril, la gente ira a trabajar, los niños a la escuela, y salvo alguna mención en los noticieros o cierta emisión especial de algún programa de cable, la fecha será recordada por muy poca cantidad de argentinos. Seguramente recordaran esta fecha todos aquellos que participaron en forma directa o indirecta de este conflicto, los familiares de aquellos que no volvieron y algunos otros como yo, que sin participar ni tener familia en esta gesta, la guerra produjo cambios importantes para un adolescente en los primeros años de la década del 80.
Tratando de ordenar las ideas que daban vueltas en mi cabeza para escribir esta nota, estaba indeciso en cuanto a escribir sobre los hechos históricos que tienen que ver con la operación de recuperación del archipiélago, o en el significado emocional, nacional, o en los aciertos y errores que originaron tal actitud de nuestra parte. Al final decidí que podía hacer las dos cosas. Tratare de intercalar los hechos históricos con mis impresiones personales, las cuales son solo eso: el parecer de un ciudadano argentino común y corriente. Aquí va:
A partir de 1965, por resolución de las Naciones Unidas, nuestro país y el Reino Unido inician formales conversaciones tendientes a resolver el tema de la soberanía de las Islas Malvinas. Sin entrar en mucho detalle, la posición Argentina mantenida era la de presentar la documentación pertinente que acredita los legítimos derechos de este reclamo, mientras que la posición de Inglaterra fue siempre la de dilatar dicha cuestión, por no disponer de argumentos tan sólidos como los propios.
Esta posición anglosajona no solo era mantenida teniendo en cuenta la situación que ambos países mantienen en el concierto de naciones, sino que era respaldada por su poderío militar como disuasorio de cualquier intento argentino de obtener algún beneficio por medio de la fuerza. En términos concretos, Inglaterra era la dueña de la pelota, y el hecho de que la pelota sea robada no le importaba.
Con la asunción de la junta militar presidida por el general Galtieri y secundada por el almirante Anaya y el brigadier Lami Dozo, el país se encontraba en muy marcado deterioro económico, y la población comenzaba a revelarse contra la forma de gobernar de los últimos 6 años. No había indicios por parte de la junta de gobierno de ese momento de conocer e implementar algún tipo de plan de gobierno que revierta la situación que cada vez se acentuaba mas y más. Por otro lado, y dentro de un marco en donde los presidentes de nuestro país no eran elegidos en forma legitima por el pueblo, aquellos militares que poseían ciertas posibilidades o ambiciones de llegar a la presidencia del país debían forzosamente lograr el apoyo de sus camaradas de las diferentes fuerzas armadas.
No es desconocido que Galtieri debió hacer concesiones a los dos jefes restantes y en especial al Almirante Anaya, un duro en aquella época, para llegar a la presidencia. Una de estas concesiones era la invasión militar a Malvinas. Desconozco los motivos reales para que Galtieri se comprometiera a tan exigente pretensión, pero es un hecho por todos conocido que Galtieri fue presidente.
Paralela a la negociación diplomática que se estaba llevando a cabo en ese momento entre ambos países, la junta militar decide iniciar la programación de un operativo militar para la recuperación por medio de la fuerza de las islas, es así que para mediados del mes de enero de 1982, se le ordena al Contralmirante de Infantería de Marina Carlos Busser, el inicio de dicho programa.
Además de estudiar la factibilidad del proyecto, en caso que esto sea afirmativo, se le impusieron al contralmirante ciertas condiciones que la operación debía reunir, algunas más simples de desarrollar que otras. Estas eran:
Operativo realizable en un breve tiempo: esto es para evitar que los medios de prensa manejados por Gran Bretaña, así como su influencia sobre el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (en la cual es miembro permanente) ejercieran tal presión que provoque el fracaso del proyecto.
Operativo Incruento: en primer lugar esta condición trataba de evitar el derramamiento de sangre de soldados ingleses, con las consecuencias que esto podía representar en la opinión publica mundial al ser manejada dicha información de manera adecuada por parte de los británicos. En segundo lugar, la población civil, nativa de las islas, es considerada por nuestro país como ciudadanos argentinos, por lo tanto, se debía proteger la vida de estas personas.
Operativo sorpresivo: Argentina no debía dar indicios de sus propósitos para evitar que por acción diplomática, se abortaran los mismos.
Es mi parecer que estas condiciones, si bien tienen su lógica en el terreno táctico, parten de un razonamiento equivocado. En primer lugar, el objetivo que se esgrime para realizar la invasión de las islas, es el de "Ocupar para negociar", sin tenerse en cuenta la tradición del pueblo Ingles, los que a lo largo de su historia no han dudado en pelear por lo que deseaban obtener, sea legitimo o no y tengan motivos validos o no para hacerlo. Por lo tanto el hecho de que el operativo sea breve, incruento y sorpresivo, no modificaría el accionar del gobierno ingles. Considero que este error de apreciación en la reacción de los ingleses parte de la dirigencia superior en ese momento en el país, La junta militar.
En las escuelas de formación de oficiales de la Infantería de Marina de nuestro país, desde siempre se ha estudiado como un ejercicio mas, los planes tendientes a la recuperación de las Islas Malvinas mediante una operación militar y, acorde a la especialidad de estas unidades de combate, el medio para hacerlo siempre fue el desembarco anfibio. Las diferencias entre los estudios habituales que se realizaban en la escuela y la programación ordenada a Busser estaba dada por las condiciones en que este último tuvo que trabajar, las cuales son consecuencia directa de la orden que recibió de sus superiores:
Una de las condiciones para la puesta en marcha de este proyecto era el secreto que debía mantenerse. Es por ello que Busser adopto la sensata decisión de utilizar la menor cantidad de hombres posible que estén en conocimiento de la orden impartida; en el grupo de trabajo que él presidía solo trabajaban dos personas mas, uno como oficial de operaciones y otro como oficial de inteligencia.
Luego de un estudio detallado, se llego a confeccionar un plan de acción que cumpliera con los puntos anteriormente impuestos; a grandes rasgos ellos son:
No sería necesario ocupar la totalidad de las islas, sino que para tener el control de las mismas, solo bastaba dominar la capital (hasta ese momento llamada Port Stanley) que era la sede política y administrativa del archipiélago. Además era la concentración humana más importante, concentrando poco mas del 50 % de la población total de la isla.
La utilización de medios humanos y materiales en tal magnitud, que produzca en los defensores la sensación psicológica de derrota, disminuyendo de esa manera su voluntad de pelear.
Que las fuerzas actúen con tal sorpresa sobre los defensores que no permitan la defensa organizada, lo que también ayuda a la baja en la moral y la decisión de oponer resistencia.
Que se produzca el ataque desde todos lados para evitar el escape del defensor y la consecuente resistencia y prolongación del operativo.
El control de la población civil, para evitar problemas difíciles de resolver por medios incruentos.
El Contralmirante Busser se encargo de seleccionar las unidades que serian las encargadas de participar en la operación; disponía de varias opciones, en especial los batallones de la Infantería de Marina números 1, 2, 3 y 5, decidiendo utilizar al BIM 2 como fuerza principal por razones logísticas y debido que parte del personal que lo asistía en la confección de los planes de invasión estaba compuesto por personal de este batallón. Además necesitaba de los vehículos adecuados para el desembarco de las fuerzas, encontrándose con el inconveniente que la unidad encargada del uso de este material, no disponía de suficiente material en condiciones operativas, ya que el plan de mantenimiento y reparación previsto de los vehículos anfibios tenia como fecha de finalización el último trimestre del año. Por lo tanto se reasigno mayor presupuesto y personal para lograr que dicho material estuviera en condiciones operativas para fin de marzo.
Al disponer esto, Busser estimo que esa orden no podría ser cumplida completamente, es por ello que estimo que el material se encontraría operativo recién para mediados de mayo. Sin embargo eso no era una preocupación mayor para él, debido a que en estudios previos sobre la factibilidad de la operación, se había tomado como la fecha mas indicada para la ocupación del archipiélago desde mediados de mayo hasta mediados de junio.
Como la idea era que el Ejercito Argentino participara de esta misión, a las fuerzas de la Infantería de Marina y grupos de elite, se sumaria una sección de infantería de Ejercito al mando del Subteniente Reyes, quien junto a tres suboficiales y veinticinco soldados desembarcarían junto a los Infantes de Marina. Esta sección era parte de la Compañía C del Regimiento 25 de Infantería, con asiento en la localidad de Sarmiento, Provincia de Chubut. Posteriormente a esta sección se les uniría como líder, el jefe de este regimiento, el Teniente Coronel Mohamed Alí Seineldín.
Según la Junta Militar, la acción de "Ocupar para negociar" significaba utilizar medios armados para lograr beneficios diplomáticos. En contraposición con toda la historia, en donde los diferendos de esta especie se resolvían por medio de la guerra directa, o por medio de la diplomacia, o bien por la guerra una vez fracasado el intento diplomático (en donde las relaciones se van deteriorando con el tiempo, hasta que se llega a un punto de confrontación), la Junta decidió patear el tablero y trato de conseguir mejores cartas para negociar. Mas allá de prever que se terminarían las relaciones diplomáticas entre ambos países, creyó firmemente o quiso creer que la batalla más importante se daría en el seno de las Naciones Unidas, sin tener en cuenta la influencia y poder que su adversario ingles tiene en dicha organización.
No previo o directamente descarto que Inglaterra opusiera fuerza contra fuerza, sino que la idea presente en los integrantes del gobierno es que el Reino Unido se contentaría con protestar por todos los medios, aplicar sanciones económicas, y dar batalla en el terreno diplomático. Pienso que siguieron sin siquiera darle un vistazo a los libros escolares de historia.
Como el plan definitivo de acción preveía la toma de puntos clave dentro de la localidad y sus alrededores, como son la planta de electricidad, de agua, de comunicaciones, etc. Busser decidió utilizar unidades de elite de la marina, las que tenían por función, dominar dichos puntos antes de que se produjeran los desembarcos del grueso de las fuerzas. En este caso el Contralmirante tenia dos opciones: Los Buzos Tácticos o Los Comandos Anfibios.
Pero ambas unidades poseen especializaciones diferentes, producto de las unidades de origen de que provienen. En el caso de los Comandos Anfibios su origen primario es la Infantería de Marina, mientras que los integrantes de Buzos Tácticos tienen su origen en el componente naval de la fuerza. Estos últimos poseían los conocimientos técnicos necesarios para poder controlar eficazmente estos puntos esenciales, y fueron los seleccionados para tomar posesión de ellas, además de servir de cierre al movimiento envolvente que preveía el plan de operaciones.
En previsión de necesitar refuerzos, se mantuvo como reserva a toda una compañía de Infantería de Marina, que seria embarcada Junto a la totalidad del BIM 2 y se previó el embarque de una batería de artillería, la que se esperaba no tendría que ser utilizada.
Restaba conformar la fuerza naval que estaría encargada de transportar todo el personal y los materiales para realizar la operación cuando sobrevino un hecho que precipito la crisis y acelero la puesta en marcha del plan ideado.
Por otro lado, no solo no se considero que Inglaterra no combatiría, sino que se evalúo que los Estados Unidos se mantendrían al margen de cualquier posición favorable a cualquiera de los bandos, ignorando la historia que une a estos dos pueblos desde poco después de la Guerra de Independencia Norteamericana, unos doscientos años atrás. No se tuvo en cuenta lo unidos que se mantuvieron ambas naciones durante los mayores conflictos bélicos del siglo XX, ni tampoco la colaboración entre los países durante las guerras regionales que ambos protagonizaron.
Frente a esto, el gobierno de nuestro país consideró que era suficiente haber realizado ciertos trabajos "sucios" en Centroamérica durante la década anterior, y en haber demostrado que la Argentina era un bastión del extremo sur del continente en la defensa del anticomunismo. No tomo en cuenta que en ese mismo momento, pesaba sobre nuestro país la prohibición para vender cualquier tipo de material bélico estadounidense, teniendo que recurrir a otros países como Francia, Israel y la misma Inglaterra para conseguirlos.
Tal vez la junta pensó que el hecho de que existiera el Tratado Interamericano de Asistencia Reciproca (TIAR) mantendría al margen del conflicto a los norteamericanos, sin tener en cuenta que en ese momento el principal enemigo del país del norte era el bloque Soviético, y que la mejor defensa que poseían los norteamericanos era la Organización del Atlántico Norte (OTAN) de la cual Inglaterra es miembro.
Sin ser muy brillante de pensamiento, y poniéndome en el lugar de algún funcionario norteamericano con poder de decisión, no tendría muchas dudas sobre que posición tomar en el conflicto que se venía.
El acontecimiento que precipito la invasión a las islas esta dado por un incidente que se produjo en las Islas Georgias del Sur, que junto a las Sandwich del Sur, se encuentra bajo la administración británica con sede en Malvinas. Un grupo de obreros, empleados por el ciudadano argentino Constantino Davidoff para desguazar un establecimiento ballenero abandonado y comercializar la chatarra, iza una bandera nacional en su asentamiento, lo que provoca la reacción británica, a tal punto que el rompehielos modificado HMS Endurance, que servia como una especie de componente naval de las islas, es despachado hacia las Georgias, para solucionar el problema (llámese deportación de obreros argentinos por las buenas o las malas).
Esto provoca intercambios mas o menos duros a nivel diplomático entre ambos gobiernos, alistando la Argentina a navíos de su armada para defender la integridad de sus ciudadanos.
En este momento, 24 de Marzo, el Contralmirante Busser recibe de la superioridad la consulta sobre cual sería la fecha mas reciente para poder realizar la operación que estaba planeando, y se le solicita que la respuesta este lista para el día siguiente por la noche a mas tardar. Junto a sus colaboradores, Busser realiza un estudio breve y exhaustivo de la situación, informando a sus superiores que la fuerza podría estar en condiciones de zarpar el 28 de marzo hacia el mediodía, y que podría estar en posición de realizar la operación prevista el primero de Abril.
La orden impartida por los superiores es la de iniciar los preparativos para poner en marcha el plan trazado, para lo cual Busser aumenta el personal de su estado mayor y comienza una tarea febril de preparación, desde el alistamiento de las unidades de combate, hasta el soporte logístico que dicha operación implicaba. La orden de zarpar no incluía la consumación total del plan trazado, sino que la operación de desembarco podía ser cancelada hasta las 18 30 hs del día anterior previsto.
Creo acertado aclarar que a pesar de no estar de acuerdo con la decisión de ocupar militarmente las islas en ese momento, considero muy validas las razones por las que se llevo a cabo dicha acción. Creo fervientemente que dichas islas son nuestras, que fueron robadas de nuestro poder por Inglaterra, solo por el hecho de que en 1833 dicho país poseía mayores medios militares que los nuestros para hacerlo. Mas allá del tiempo transcurrido, el derecho de nuestro país a ejercer soberanía sobre las Malvinas no ha cambiado.
También estoy de acuerdo en que a lo largo de todo el proceso de negociaciones, el Reino unido nunca se preocupo por mantener una conversación seria, porque ese es el terreno donde se queda sin argumentos para sostener su posición. Es comprensible que, luego de un tiempo en que se intenta y no se logran avances, porque la otra parte no tiene intenciones de nada, se pierda la paciencia y se adopten medios más contundentes para lograr algo. Sin embargo me parece sensato antes de provocar una confrontación directa con el adversario, medir mis fuerzas, para evaluar si vale la pena o no ir al choque.
No estoy de acuerdo con lo que escuche en ciertos sectores, en donde se dice que hay que pelear aunque se conozca que se va a perder. Eso esta bien para un juego deportivo, pero en este caso lo que se pierden son vidas, medios materiales y posiciones para negociar. ¿Y frente a estas perdidas, que se obtuvo?. En este momento estamos mas lejos de obtener algún avance en nuestros reclamos que diez minutos antes de concretar la invasión.
Se perdieron mas de 640 vidas argentinas al final del conflicto, mas un número similar de casos de suicidio de ex combatientes desde dicha fecha. Se perdieron cuantiosos medios materiales, que aún no hemos podido siquiera recuperar, y por ultimo le dimos la mejor excusa a Inglaterra para cerrar todo tipo de conversaciones sobre el futuro de nuestras islas. Frente a estas perdidas me surgen ciertas preguntas:
¿Es más importante el honor nacional que la vida de mas de 1000 personas?
¿Cómo se le explica a una madre que perdió a su hijo en la guerra, que con su muerte contribuyo a hacer un país más grande y prospero, pero que Las Malvinas siguen estando bajo dominio ingles hasta fecha incierta?
Sintetizando, a grandes rasgos, el plan inicial ideado para la toma de la capital de las islas, era el siguiente:
Aproximadamente tres horas antes de que se produzca la principal oleada de desembarco, un grupo de Buzos Tácticos y Comandos Anfibios debían tomar tierra en una posición a unos 5 km al sur de la capital isleña y avanzar hacia el norte, hasta un punto determinado en que este grupo se dividiría en dos; un grupo atacaría el cuartel de la guarnición de las islas en Moody Brook y la otra se dirigiría hacia la ciudad para tomar las plantas que manejaban los principales servicios públicos de la ciudad. Al mismo tiempo, otro grupo de Buzos Tácticos desembarcarían en una playa ubicada en la península donde esta instalado el aeropuerto para balizar a la misma, a la espera de la fuerza principal de desembarco. También debía tomar el faro que se encontraba en el extremo este de dicha península y proveer de cobertura sobre el istmo que une a esta península con la ruta que comunica con la ciudad.
La Fuerza Aérea debía hacerse cargo de controlar el aeropuerto y hacerlo operable, para permitir el arribo de los aviones de transporte que pusieran a la totalidad del Regimiento 25 en tierra.
En la hora determinada, mediante vehículos anfibios, la totalidad del BIM 2 desembarcaría en la playa ya señalizada y avanzaría hacia la capital para hacer efectiva la ocupación de la misma.
Se asignaba a la sección de Ejercito la toma de la casa de gobierno.
Se mantenía en reserva a la compañía de infantería de Marina y a la batería de artillería, para el uso eventual en caso de necesitarse.
Una vez tomado y asegurado el objetivo, la defensa del mismo quedaría a cargo del Regimiento 25, mientras que el resto de las fuerzas se replegarían hacia el continente.
Una vez completada esta fase, solo se preveía el envío del personal necesario para mantener en funcionamiento los sistemas esenciales, como el aeropuerto y la logística de la fuerza de ocupación.
Como se preveía, el 28 de marzo se hace a la mar desde Puerto Belgrano la fuerza de tareas 40, compuesta por el buque de transporte Cabo San Antonio, el rompehielos Almirante Irizar, el transporte Isla De los Estados, el Destructor Hercules y Santísima Trinidad, las corbetas Drummond y Grandville y el submarino Santa Fe.
En forma simultanea a estos acontecimientos, la Fuerza Aérea efectúa vuelos hacia la capital de las islas, realizados por los Learjet 35 A del Grupo 1 Aerofotográfico, los que realizan varias pasadas de fotografía sobre la capital y alrededores. En la mayoría de estos vuelos, no se produjo aterrizaje alguno en el aeropuerto, con el pretexto de tener problemas en el tren de aterrizaje. Sin tener confirmación acerca del motivo de estos vuelos, supongo que el objetivo de estas misiones radicaba en recabar información de ultima hora sobre el terreno.
La navegación hacia el sur fue mala. La fuerza de tareas debió sortear una fuerte tormenta, que provoco daños sobre dos helicópteros, dejándolos inutilizados. Pero lo que realmente afecto la programación del ataque fue el hecho de conocer que se había perdido el factor sorpresa de las acciones, ya que se tomo conocimiento que los habitantes de las islas habían sido alertados por Londres sobre la invasión, con lo cual había que adaptar el plan inicial a esta nueva contingencia, ya que era lógico esperar mayor resistencia a la prevista.
En medio de una fuerte tormenta el Contralmirante Busser y sus subalternos son trasladados en el helicóptero del destructor Santísima Trinidad a bordo de este buque para una reunión de mandos. Luego de adaptado el plan inicial a las nuevas circunstancias, solo restaba que las diferentes unidades, pusieran a punto sus propios planes de operaciones y esperar hasta la 18.30hs del primero de Abril, hora en la cual, de no recibirse contraórdenes, se procedería con la operación.
El nombre clave de esta operación era "Azul"; sin embargo, por iniciativa del Teniente Coronel Seineldin, quien se basó en sus creencias religiosas y en un hecho histórico ocurrido durante las invasiones inglesas de 1806, sugirió al Jefe de la operación rebautizar con el nombre de "Rosario" al operativo. Luego del correspondiente pedido de autorización, la operación adopta el nuevo nombre, con el que comúnmente se la conocerá a partir de ese momento.
En todo momento y lugar de la historia humana se ha utilizado una buena causa para lograr fines egoístas e indecentes. Me parece que esto se aplica al curso de acción seguido por los integrantes de la Junta Militar. La situación social, política y económica del país se derrumbaba rápidamente, no existía un plan viable para modificar esta situación y había que dar un golpe tal, que no solo desviara la vista del pueblo de los problemas habituales a que debían enfrentarse, sino que también los borraran, por lo menos momentáneamente. Esto se logro de manera excelente. La manifestación contra el sistema de gobierno del 30 de marzo y la posterior del 2 de Abril para apoyar al mismo gobierno en el proyecto iniciado es un ejemplo cabal de ello.
También encuentro puntos positivos para destacar. Haciendo memoria sobre nuestra historia como Nación, no conozco otro momento en la vida de nuestro país en donde hayamos estado tan unidos como pueblo frente a un problema. Recuerdo a mi vieja reuniéndose con vecinas para tejer pasamontañas y enviarlos al sur. Recuerdo programas televisivos solicitando ayuda por parte del pueblo para el esfuerzo de guerra, en donde ancianas donaban los bienes mas preciados que poseían. Recuerdo que en mi escuela, muchos profesores dejaban de lado el plan de estudios y nos poníamos a hablar sobre lo que significaba los acontecimientos que estábamos viviendo.
En el ámbito regional, muchas naciones vecinas se colocaron a nuestro lado y ofrecieron su apoyo incondicional a nuestra causa. Si en algún momento hubo una posibilidad de aunar criterios y construir un futuro regional común, no dudo que ese momento fue durante esta guerra.
Y también recuerdo que, desgraciadamente, con el fin del conflicto, todos esos sentimientos se desvanecieron con una rapidez asombrosa, alentados por los medios de comunicación. Se retrocedió de manera increíble en la posibilidad de poder idear un camino en común y tirar para el mismo lado. La frustración y desengaño que sufrimos como pueblo, nos hizo esconder a las Malvinas debajo de la alfombra, y no dejarla salir de allí. A la luz de los últimos 20 años de historia Argentina, creo que Malvinas junto con lo que ello genero, todavía esta allí guardado.
Al mismo tiempo que nuestra escuadra sufría en el mar las consecuencias de la tormenta, el gobernador de las Falklands Islands, Rex Hunt, recibía de Londres los primeros informes sobre el intento argentino de recuperar el archipiélago. Entre las directivas recibidas, el mensaje le indicaba en forma implícita que los medios con los que contaba para la defensa de sus dominios eran los únicos con los que podría contar, y que actuara de acuerdo a su criterio. En síntesis: "Estás solo, Arreglate".
La fuerzas de defensa de las islas era denominada oficialmente como Naval Party 8901. Estaba compuesta habitualmente por lo que en nuestro Ejercito se denomina a una Sección de Infantería de Marina reforzada, unos 40 hombres. Su armamento estaba constituido por armas livianas y como armas de apoyo poseían algunas ametralladoras todo propósito, similar a nuestras MAG, y algunos cañones antitanque que podían operarse desde el hombro de un infante. Como defensa antiaérea, encontré menciones que hablan de misiles Blowpipe, también operados desde el hombro.
Para la fecha en que se produjo la recuperación de las islas, se estaba produciendo el recambio de la guarnición de las islas. Esto hizo que el número de efectivos de la misma este incrementado. Contando ambos contingentes armados, el estimado de efectivos ingleses para defender las islas era alrededor de 80 hombres, a los que se sumaron varios civiles de la reserva, mas estos reservistas solo cumplieron tareas de seguridad de algunos puestos importantes de la ciudad, como las plantas de servicios públicos y comunicaciones. El gobernador no podía disponer de su "componente naval", el HMS Endurance, ya que el mismo había sido despachado hacia las Georgias para resolver el tema de los chatarreros, y en ese momento se encontraba navegando a mitad de camino entre las dos islas. Solo tenia a disposición el MV Forrest, una lancha de poco mas de 25 metros de eslora, la que estaba dotada de radar.
El comando militar de esta guarnición estaba a cargo del mayor Michael Norman, quien había recibido dicho cargo de manos del mayor Gary Noot poco menos de un día antes. Luego de recibir los primeros informes de Londres, Hunt convoca a los oficiales para evaluar la situación y diseñar el plan de defensa. Estaba claro que la resistencia que los Marines podrían oponer a la fuerza argentina era muy limitada, ya que estimaban que serían superados en número en una proporción de 20 a 1, además de la superioridad en medios materiales de combate.
Por lo tanto el sistema de defensa adoptado a grandes rasgos supuso que las fuerzas argentinas efectuarían un desembarco anfibio en las playas que se encuentran al norte de la península del aeropuerto, así como también que los atacantes intentarían tomar el puerto de la ciudad.
Dispuso dividir sus fuerzas en pequeños grupos de entre dos y seis soldados, los que serían ubicados en posiciones defensivas a lo largo de la ruta que se estimaba tomarían las fuerzas argentinas. Un grupo de dos marines dotados de una ametralladora y motos fueron ubicados en las playas al norte de la península del aeropuerto; otro grupo dotado de un cañón antitanque y un bote de goma se ubico en el istmo que domina la entrada al puerto. Otro grupo con dos ametralladoras fue ubicado en la lengua de tierra que comunica al aeropuerto con el resto de las islas, y coloco dos puestos de resistencia mas sobre la ruta que une al aeropuerto con la ciudad dotados de ametralladoras y cañones antitanque.
La idea original era que cada grupo presente resistencia dentro de lo posible, para replegarse hacia la casa del gobernador, donde estaba ubicado el puesto de mando militar y político. Allí se realizaría la resistencia final hasta que se produjese una solución diplomática o bien hasta la derrota militar.
Para cubrir la zona sur de defensa, se había ordenado a un marine colocar un puesto de observación sobre la Colina del Zapador con la misión de alertar sobre posibles avances de tropas desde ese sector y replegarse hacia el puesto de comando.
El gobernador Hunt utilizo la radio para comunicar a la población los acontecimientos que se avecinaban. La mayoría de los habitantes optaron por recluirse en sus casas y tratar de superar lo que se avecinaba de la manera más segura posible. Otros se ofrecieron para efectuar diversas tareas, con las cuales esperaban contribuir a la defensa de la ciudad. Se autorizo a un canadiense a sabotear el sistema de guiado de la torre de control del aeropuerto y el faro. Otros se encargaron de obstaculizar la pista de aterrizaje. Otros se ofrecieron para arrestar a los ciudadanos argentinos que se encontraban en la ciudad por diferentes motivos, en especial a ciertos empleados de Gas del Estado que habían llegado pocos días atrás y se pensaba que entre ellos habría comandos infiltrados. Esta ultima tarea no se cumplió en su totalidad ya que la idea del gobernador era evitar darle a los argentinos la menor excusa posible para invadir.
Con las modificaciones al plan original que se creyeron pertinentes, alrededor de las 00hs del viernes 2 de Abril de 1982 se inicia la operación Rosario, cuando el grupo de Buzos Tácticos desembarca a unos 5 km al sur de Puerto Argentino y se dirigen hacia el norte, pasando al oeste de la Colina del Zapador. Aquí he encontrado algunas diferencias entre la versión británica y la argentina. Mientras que los ingleses afirman que dicho desembarco se realizo por medio de helicópteros, los argentinos indican que se trato de un desembarco anfibio por medio de botes de goma. Afirman que se utilizaron los motores de estas embarcaciones hasta cierta distancia de la costa, realizando el resto de la navegación con propulsión a remos para evitar ser descubiertos.
Lo cierto es que una vez que el grupo sobrepasó la Colina del Zapador, se dividió como estaba previsto. Uno se dirigió hacia el norte, al cuartel de los Marines en Moody Brook, mientras que el resto lo hizo hacia la casa del gobernador para comenzar el asedio de la misma.
Como no se tenía conocimiento confirmado de la posición de los Marines, el objetivo de tomar su cuartel radicaba en evitar que esta unidad opusiera resistencia a la fuerza de ocupación, o por lo menos mantenerla aferrada en esa posición para facilitar la toma de la casa de gobierno.
Es aquí donde encuentro cierta contradicción en el accionar de los Buzos Tácticos. Por un lado, la orden inicial impartida establecía que la operación debía ser incruenta en la medida de lo posible. Sin embargo, cuando lo Buzos Tácticos estuvieron en posición de tomar el cuartel de los Marines, lo hicieron desde todos los ángulos y utilizando la máxima potencia de fuego de que disponían, disparando sus armas portátiles y utilizando granadas de aturdimiento y de fósforo blanco. Estimo que este proceder se debió a los cambios de planes que se produjeron en las ultimas horas antes del inicio de las acciones. Era de esperarse que las fuerzas inglesas se encontraran en alerta y la espera de los incursores, a los que no recibirían con flores precisamente.
Afortunadamente para los ingleses, el cuartel de Moody Brook había sido evacuado unas dos o tres horas antes de ser atacado, no produciéndose bajas en ninguno de los bandos. Una vez concretada esta operación, las fuerzas atacantes se dirigieron a la casa de gobierno para reforzar a la primera avanzada que ya estaba allí.
Simultáneamente con el desembarco desde el sur, un grupo de Buzos Tácticos desembarcan desde el submarino Santa Fe y toman tierra por medio de botes de goma en una playa ubicada al norte de la península donde se encuentra el aeropuerto. Proceden a balizar dicha playa, y asegurar el aeropuerto.
Con los primeros disparos provenientes desde el cuartel de los Marines, el mayor Norman se percató que el sistema de defensa por el ideado estaba orientado en sentido opuesto al avance de los argentinos. En realidad, él había construido su dispositivo defensivo de manera correcta, porque el grueso de las fuerzas argentinas desembarcaría poco después prácticamente donde él lo había previsto, solo que el no lo sabía en ese momento y por otro lado la carencia de medios de combate (llámese marines) provocaba que los Buzos Tácticos no encontrarían resistencia hasta el objetivo principal de las islas: la casa de Gobierno. Procedió a ordenar a las dos secciones ubicadas en el extremo este de su dispositivo que se replegaran hacia la sede del gobernador, y mantuvo en su posición a los dos grupos que defendían las probables playas de desembarco y el estrecho que comunica con el puerto.
Unos 35 Infantes ingleses junto al puesto de mando se encontraban en la sede del gobierno de las islas resistiendo el asedio que el grupo de Buzos mantenía. Nuestras tropas se ubicaron en el sector sur de la construcción, uno de los pocos lugares de las islas con arbustos, árboles y coberturas vegetales. Desde allí, abrieron fuego sobre la parte superior de la construcción y utilizan granadas de aturdimiento, intimando la rendición. Aquí si creo que la potencia de fuego del dispositivo propio no se utilizo con propósitos de aniquilar a los defensores, sino que se busco la rendición del gobernador y evitar bajas entre sus filas. Esto lo creo así, en razón de que la casa de Gobierno de las Islas era uno de los edificios más bellos y con mejor vista a la bahía del puerto, pero como búnker defensivo dejaba mucho que desear. Gran parte de su estructura estaba cubierta con vidrio y no sería difícil tomarla con potencia de fuego. Claro que esto significaba la aniquilación de sus defensores.
En esta parte del operativo es que pierde la vida el Señor Capitán de Corbeta (IM) Pedro Edgardo Giachino, y resulta herido en el pecho el Teniente de Fragata Diego García Quiroga y el Cabo Segundo Enfermero Ernesto Urbina. Los dos primeros trataron de ingresar a la casa de gobierno y fueron abatidos en el intento, mientras que Urbina cayo al tratar de socorrerlos.
El gobernador Hunt mantenía por vía telefónica la comunicación con la población ya que los llamados que él realizaba estaban dirigidos a la radioemisora de las islas y desde allí se difundían a quien tuviera una radio encendida. Asediada su residencia, la posición del señor Hunt, literalmente hablando y en todos los sentidos, era pésima. Se encontraba debajo de la mesa que otrora fuera su escritorio, empuñando una pistola y dispuesto a usarla contra quien tratara de ingresar a su despacho. Desde allí podía escuchar como alguien de nuestra tropa en perfecto ingles, apelaba a su sentido común para que cese la resistencia. Tal vez pensaba que los argentinos habían dado lo máximo de sí para la toma de su puesto, y no lo lograron, por lo tanto no estaba dispuesto a rendirse. Lo que no sabía aun, era que el grueso de las tropas nacionales no se encontraba todavía en camino.
Con las primeras luces del día, el Cabo San Antonio se acerca al estrecho que comunica con el puerto, y comienza el desembarco del BIM2 y la sección de Ejercito, los que lo hicieron en vehículos anfibios a oruga Amtrack de fabricación norteamericana sin encontrar ningún tipo de resistencia. Es que el puesto de retención británico, compuesto por dos hombres y una ametralladora polivalente con un solo caño y 800 disparos se encontraba apostado en una playa mas hacia el este que la utilizada por nuestra fuerza para tocar tierra. Lo único que pudieron hacer fue observar el desembarco y tratar de escapar hacia la ciudad para no quedar encerrados. La otra sección a cargo de un arma antitanque, solicita permiso de fuego a su comando, al tiempo que informa sobre los blancos. De todas maneras, el armamento disponible no era el adecuado como para provocar réditos y por otro lado delatarían su posición, así que el cabo a cargo de la sección decide inutilizarlo y escapar hacía el interior de las islas para continuar el combate.
Una vez desembarcada la fuerza principal, se le asigna a la sección de Ejercito dar seguridad y poner en operaciones a la pista de aterrizaje, a la espera de los aviones de transporte que llevarían al resto del Regimiento 25 a las islas. Esto era una tarea imposible para los 30 hombres del ejercito, ya que se habían estacionado sobre el asfalto de la pista unos 30 vehículos y diversos bultos de todo tipo, que debían ser quitados. El contralmirante Busser ordena al jefe del BIM 2 que ponga al mando del Teniente Coronel Seineldín una compañía completa junto a sus vehículos de transporte, los que desalojan la pista de obstáculos y mantienen a la misma a la espera de los aviones de transporte.
El resto de la fuerza desplegada en formación de combate inicia el avance hacia la capital, sin encontrar resistencia hasta que llegan a las afueras de la ciudad. En un pequeño grupo de casas denominado Ciudad Blanca, donde se encontraba una sección de Marines con armas antitanque y cohetes, los que abren fuego contra el carro que iba a la vanguardia del convoy, impactándolo en dos oportunidades. Se produce un intercambio de fuego breve, y la sección inglesa se retira hacia el interior de la ciudad, en busca de la casa de gobierno. Busser ordena alistar a la compañía de infantería de marina en reserva manteniéndola en el aeropuerto y también ordena que se aliste la batería de artillería para el uso inmediato de ser necesario.
Como el objetivo de ambos bandos era evitar la pelea dentro de la ciudad (pero ninguno de ellos conocía la intención del otro) el jefe de la fuerza argentina ordena al grupo principal de ataque que suba a los vehículos anfibios, (unos 20) y pone rumbo hacia la casa del gobernador a toda velocidad.
Rex Hunt mantenía su posición debajo del escritorio. También se mantenía firme en su posición de no negociar con los invasores. A través de la radio de las islas, que seguían transmitiendo los acontecimientos, el gobernador escucha a dos habitantes de Ciudad Blanca, Alistair Grieves y Tom Davis, describir el ataque de la sección inglesa y la respuesta nacional. Mientras Grieves informaba lo poco que podía escuchar desde el suelo del interior de su casa, Davis relataba como una explosión había provocado un inmenso agujero en su casa.
Al consultar con los oficiales al mando de sus fuerzas sobre la potencia de fuego que podían proporcionar estos carros de combate, el gobernador se entera que los mismos podrían ubicarse fuera del alcance de las armas de los defensores y reducir la casa de gobierno a cascotes. Es en ese momento, en que decide parlamentar.
Para ello utilizo dos medios: El primero fue el radial, ya que pensó que seguramente nuestras fuerzas estarían sintonizando Radio Falklands y escuchando, como ellos lo hacían. Telefoneo a la radio y le pidió al locutor que enviara un mensaje en donde solicitaba parlamentar con algún representante argentino.
El otro medio que uso fue el de contactar a el ex encargado de Líneas Aéreas del Estado (LADE) en las islas. Si bien dicho puesto estaba a cargo de Roberto Gamen, Hunt quería contactar al Vicecomodoro Hector Gilobert, quien fuera hasta dos días antes el responsable de la aerolínea estatal argentina. Supongo que por una cuestión de mayor conocimiento entre ambos motivo esta elección.
De todas maneras, el motivo por el que Gilobert se encontraba en las islas al momento de la invasión no es muy claro. Por lo menos en la bibliografía de fuente inglesa que consulte, se afirma que Gilobert fue el encargado de informar a Buenos Aires el 31 de marzo, sobre el conocimiento que tenían los ingleses del plan de ocupación argentino. Sin embargo, no he encontrado mención alguna sobre esto en fuentes argentinas.
El gobernador ingles le pidió a su secretario de gobierno que contactara a Gilobert para que este sirva de nexo entre ambos bandos. No sin cierto temor de recibir fuego por equivocación, ya que la situación no era clara para ninguna de las dos partes, la comitiva argentino-inglesa, contacta al Contraalmirante Busser, quien junto a sus superiores y personal de su estado mayor, se dirigen desarmados a conversar con Hunt.
Caminando por el medio de una calle desierta de la ciudad, cuando todavía no era totalmente de día, las tropas argentinas que se topaban con sus jefes y su contrapartida inglesa iban uniéndose al grupo cantando y vivando a nuestro país, hasta que se produjo un peligroso encuentro con algunos miembros de nuestra fuerza que hicieron unos disparos contra la delegación, los cuales cesaron de inmediato cuando Busser, con un tremendo vozarrón, se identifico y ordeno el inmediato alto el fuego.
El gobernador Hunt, que ya había salido de abajo de su escritorio y trato de componer un tanto su imagen, recibió a Busser sentado en su despacho. El Contralmirante extendió su mano para saludar a Hunt pero este se negó a darla, aduciendo que no podía estrechar la mano de quien estaba invadiendo su territorio, y exigió el inmediato retiro de todas las tropas argentinas de las islas. Busser le informo que la República Argentina solo estaba recuperando lo que por derecho nos pertenece y que poseía fuerzas tales que podrían acabar con toda la resistencia. Intento convencer al gobernador que de continuar los combates se ponía en riesgo a la población civil de las islas, y que no tenia sentido resistir, ya que solo redundaría en perdidas inútiles de vidas.
Frente a estos argumentos, el Gobernador Rex Hunt, a las 9 horas 25 minutos del 2 de abril de 1982, ordenó al mayor Norman que entregara sus armas a las fuerzas argentinas de ocupación.
Mientras el Mayor Norman ordenaba a sus tropas la rendición de sus fuerzas a nuestras tropas, el Mayor Noot, custodiado por elementos argentinos, comenzó a recorrer la localidad para reunir a los efectivos de sus fuerzas que se encontraban dispersos. Dos días después, se entregaría la sección que originalmente estaba a cargo de cubrir la entrada al puerto.
Una vez asegurado el control de los ingleses, se inicio un pequeño acto en el cual se izó la bandera nacional y se cantó nuestro Himno Nacional. Como anécdota, desconozco si por sabotaje o por casualidad, en el momento en que era izado el pabellón propio, la driza del mástil se rompe, así que el Subteniente Reyes a cargo de la sección de Ejercito se subió trepando por el mástil, y reparo la driza para que nuestra bandera pueda llegar a lo más alto.
Se cumplió tal como estaba programado, el retiro de todas las tropas de Marina, y con el arribo del resto del Regimiento 25 por medios aéreos y la asunción del Teniente Coronel Seineldín como jefe militar de las islas, solo restaba esperar el arribo del General Mario Benjamin Menendez para que asuma la gobernación política de las islas. La Fuerza Aérea se haría cargo del aeropuerto, así como también del control aéreo y de la defensa de las islas (obviamente, dentro de su especialidad).
Mas allá que en términos militares, la operación de recuperación de las islas, no representaba algo difícil de concretar, se necesitaba de la planificación y organización necesaria para que una importante fuerza armada trabajara armoniosamente. Se hizo lo adecuado para que las diferentes unidades operaran en forma individual de tal manera que, en conjunto lograran un objetivo concreto. Es de destacar que los últimos tramos del plan ideado debieron trazarse contra reloj, porque la operación manejaba otros tiempos para su puesta en marcha. Esto demuestra que con gente capaz, se puede programar exhaustivamente y al mismo tiempo se puede improvisar acertadamente.
En contraste con todo lo anterior, la organización posterior, cuando se tuvo conocimiento de la reacción británica, estuvo plagado de fallas de concepto, privando la improvisación sobre la programación. Se trato de suplir una adecuada y necesaria organización con temple y capacidad de resistencia de los principales protagonistas de la defensa: los combatientes de las islas. Estos dieron todo lo que tenían y más para cumplir con la misión que les impusieron. Elevaron su resistencia a limites nunca imaginados, soportaron no solo la agresión del enemigo, sino también la desorganización imperante en las altas esferas de sus propias fuerzas.
Cuando escribo esto, pienso en un soldado acostumbrado al clima templado, o directamente cálido, que debe estar durante 30 o 40 días metido en un pozo que hace agua todo el tiempo, mal alimentado, con temperaturas por debajo de los cero grados, sintiendo que desde la retaguardia no tiene apoyo, y que sus superiores no los guían, sino que los arrastran. Solo puedo expresar mi gratitud hacia ellos, porque aún con todo en contra, presentaron resistencia al enemigo inglés.
La gran mayoría de los que tenían la responsabilidad de conducir personal a nivel medio, generalizando hablo de los jefes de regimientos de línea hacia abajo, estuvo a la altura de las circunstancias, y también hicieron mas de lo que sus posibilidades le permitían. Se jugaron por sus subordinados y los condujeron correctamente en batalla. Ellos también debieron actuar e improvisar para poder cumplir con la orden que se les impartió. Ellos también estaban dentro de la gran improvisación que partía de los altos mandos.
Final
Habrá gente que este de acuerdo con lo aquí escrito y otra que no. Los hechos que se describen fueron corroborados por mi, con todo el material que pude reunir, y en muchos casos es difícil seguir una línea del relato porque las versiones son muy dispares e imposibles de conciliar.
En cuanto a mi opinión personal sobre todos estos acontecimientos históricos, lo hago, en principio, desde el mas absoluto respeto y gratitud hacia aquellos que dieron lo mejor que tenían para llevar adelante la campaña.
También creo que saber esto puede ayudarnos a ser mejores. Si estas líneas pueden hacer que alguien no solo conozca la historia, sino que aprenda de ella, es suficiente.
Rolando Mendez