Miles de millones de dólares para gastar en proyectos petroleros y petroquímicos se desecharon o quedaron en pausa; Royal Dutch Shell y la británica Premier Oil anunciaron las primeras grandes acciones de 2015 para reducir costos después de la brutal caída en los precios del crudo.
La petrolera angloholandesa Shell abandonó ayer los planes para una de las plantas petroquímicas más grande del mundo, un proyecto de 6 mil 500 millones de dólares con Qatar Petroleum, y culpó a la "actual situación económica que prevalece en la industria energética".
Premier dijo que retrasaría la decisión final sobre si continuará con el proyecto de 2 mil mdd de Sea Lion, en las Islas Malvinas, hasta que empiecen a recuperarse los precios del petróleo. La empresa también redujo las tarifas de pago para los contratistas y otros trabajadores independientes que participan en proyectos en el Mar del Norte y el sudeste asiático, e intenta renegociar acuerdos con proveedores para reducir los costos operativos.
La importante petrolera noruega Statoil dijo que regresó tres licencias de exploración en la costa oeste de Groenlandia, una zona considerada una de las fronteras de mayor costo en la industria.
"Los menores precios del petróleo significan que se reduzcan los presupuestos y se rechacen los desarrollos", dijo Anish Kapadia, del banco de inversión Tudor Pickering Holt.
El desplome del precio del petróleo avivó las preocupaciones por el crecimiento global, alimentó los temores sobre la deflación e intensificó el escrutinio de los gastos de capital en todo el sector de energía, mientras las compañías se disponen a recortar sus presupuestos de exploración y desarrollo.
Se esperaba que la producción del proyecto de Al Karaana, la coinversión 80:20 entre Qatar Petroleum y Shell, fuera de 2 millones de toneladas al año de productos petroquímicos, principalmente con destino a los mercados asiáticos. La decisión de Shell para no continuar —una acción significativa después de que los precios del petróleo se redujeron a la mitad desde el verano a solo 46 dólares el barril— se tomó "después de una cuidadosa y exhaustiva evaluación de las cotizaciones comerciales" de los postores de ingeniería, procura y construcción, dijeron.
Eso muestra que "los altos costos de capital la hace comercialmente inviable, particularmente en la actual situación económica que prevalece en la industria de energía".
Tony Durrant, presidente ejecutivo de Premier Oil, dijo que la compañía aplazaba el desarrollo de nuevos campos, que incluyen el proyecto Bream, frente a Noruega, y Sea Lion, cerca de las Islas Malvinas, hasta que se recuperen los precios del petróleo. "Por debajo de 50 dólares no aprobaremos Sea Lion o Bream".
Los retrasos de los proyectos llegan cuando surge nueva evidencia de cómo los bajos precios del petróleo y las reducciones de gasto de capital de las principales petroleras exprimen a las empresas de servicios petroleros, particularmente a las que alquilan equipos costosos, como plataformas de perforación.
Datos de IHS Energy mostraron que las tasas diarias de contratación de plataformas de última generación para aguas ultraprofundas, que se utilizan en el Golfo de México y la costa de Angola, caían.
El promedio de nuevas instalaciones para los perforadores bajaron a 440 mil dólares diarios en diciembre, más de 100 mil menos de los niveles a inicios de 2014. Las tasas de uso llegaron este mes a su nivel mínimo en 15 años.
Michele della Vigna, de Goldman Sachs, dijo: "La industria simplemente tiene que reajustarse completamente, lo que retrasa casi todas las inversiones hasta que los costos sean compatibles con los menores precios del petróleo. Ese proceso de ajuste tomará algún tiempo y pensamos que llevará a una deflación de costo de al menos 20 por ciento".