(calrin.com) Un desafío que excede al deporteEl argentino Matías Ola y la inglesa Jackie Cobell nadarán juntos entre las Islas Malvinas. La semana que viene cruzarán el estrecho de San Carlos sin traje de neoprene.
Hace calor en Buenos Aires. El termómetro marca 29 grados, pero el sol de las cinco de la tarde no da tregua y eleva la sensación térmica hasta los 31 cuando Matías Ola y Jackie Cobell se sientan a charlar con Clarín. Muy diferente será la temperatura que ellos experimentarán la semana próxima, cuando el proyecto en el que trabajan desde hace más de un año llegue a su fin. Nadadores extremos y amigos, el argentino de 30 años y la inglesa de 60 intentarán unir a nado las Islas Malvinas a través del estrecho de San Carlos, en aguas que rondarán los 8 grados y sin traje de neoprene, con el fin de enviar un mensaje de paz y unidad.
"Jackie y yo nos conocimos hace tres años, cuando junto a 60 nadadores de 18 países cruzamos nadando desde Rusia a Estados Unidos por el estrecho de Bering. Después de eso, empezamos a pensar en hacer algo similar en Malvinas para transmitir un mensaje de paz y unión en un territorio que se encuentra en conflicto desde hace 33 años. Queremos crear un sentimiento positivo entre tantos negativos que existen", explicó el tucumano, quien en febrero de 2013 realizó una travesía similar en el canal de Beagle junto al chileno Cristian Vergara.
"Hoy hay muchas preocupaciones en el mundo y la gente común tiene que pararse y actuar, porque así a veces es más fácil que sean escuchados. Todos queremos vivir en armonía y no queremos todas estas preocupaciones sobre nuestras cabezas. Con Mati queremos hacer oír nuestro mensaje", analizó Cobell, que a simple vista no parece una atleta de alto rendimiento, pero cuyos logros en aguas heladas asombran a cualquiera.
Es importante para los dos nadadores dejar en claro que el cruce no tiene ningún tinte político. "Nosotros vamos a hacer memoria sobre una guerra que sucedió entre nuestros países hace 33 años y sobre jóvenes que murieron por un conflicto que seguramente no hubieran deseado que existiera", afirmó el argentino. Por eso, a la hora de organizar la travesía, prefirieron no involucrar a los Gobiernos de ambos países.
"El apoyo que tenemos es todo de empresas privadas. Hemos buscado todos los recursos privados, familiares y personales para que esto se pueda hacer. Jackie vino por sus propios medios desde Londres y acá va a tener toda la ayuda de mis amigos y de la gente que siempre está conmigo. Pero preferimos no involucrar ninguna bandera ni logo político porque no queremos crear conflictos", explicó Ola. En tanto, Cobell analizó: "Este es un nado de amistad, armonía y paz. No es político de ningún modo. Sólo queremos compartir esta experiencia, brazada a brazada, y hacerla llegar a todo el mundo".
El argentino y la inglesa partirán mañana hacia las Malvinas, donde estarán una semana, durante la cual buscarán la mejor "ventana" climática, determinada especialmente por los vientos, para realizar el cruce. Calculan que tardarán entre dos y tres horas en recorrer los 4,5 kilómetros que unen Punta Jersey, en la isla Gran Malvina, hasta el Promontorio Güemes, en la Soledad, en una posta en la que cada uno nadará un tramo y luego le "pasará el turno" al otro. "Esa es la forma de asegurarnos estar siempre juntos, porque somos dos nadadores totalmente diferentes, y de encarar estas travesías en condiciones como las que vamos a enfrentar", explicó el tucumano.
Esas condiciones extremas, con aguas que no superarán los 8 grados y una temperatura ambiente de alrededor de 10, se vuelven más complicadas por la geografía propia del estrecho de San Carlos. "Es un estrecho bastante difícil porque lo atraviesan una corriente antártica del Sur y una corriente del Mar del Norte, que se encuentran y podrían dificultar todo", afirmó Ola. Sin embargo, los dos son nadadores profesionales, con mucha experiencia en aguas heladas.
"Será muy difícil, pero estamos muy bien preparados. Estuvimos planeando el cruce durante un año y nos entrenamos mucho pensando en esto. Y ahora está por hacerse realidad. Estamos muy emocionados y ansiosos", aseguró la británica.
El entrenamiento que realizaron cada día no es muy distinto al de cualquier atleta. "No hay nada especial en la dieta que hacemos ni en la forma en que nos entrenamos, salvo que practicamos también en aguas frías, como las de la Patagonia. Yo tampoco tengo una preparación mental especial para encarar los desafíos, aunque sí me ayudan mucho mis experiencias. Para nadar en aguas frías es cuestión de adaptarse, de concentrarse y de prepararse bien", aseguró Ola, a quien, al igual que a su amiga y colega, se lo ve muy emocionado con la próxima travesía.
"Esperamos que todos entiendan que estamos unidos por un mensaje de paz y unidad. Todos nuestros amigos alrededor del mundo nos están ayudando a difundir lo que vamos a hacer, porque queremos no sólo tratar de crear un ambiente positivo entre nuestros países, sino también en el mundo entero", explicó el argentino.
Hace calor en Buenos Aires. El termómetro marca 29 grados, pero el sol de las cinco de la tarde no da tregua y eleva la sensación térmica hasta los 31 cuando Matías Ola y Jackie Cobell se sientan a charlar con Clarín. Muy diferente será la temperatura que ellos experimentarán la semana próxima, cuando el proyecto en el que trabajan desde hace más de un año llegue a su fin. Nadadores extremos y amigos, el argentino de 30 años y la inglesa de 60 intentarán unir a nado las Islas Malvinas a través del estrecho de San Carlos, en aguas que rondarán los 8 grados y sin traje de neoprene, con el fin de enviar un mensaje de paz y unidad.
"Jackie y yo nos conocimos hace tres años, cuando junto a 60 nadadores de 18 países cruzamos nadando desde Rusia a Estados Unidos por el estrecho de Bering. Después de eso, empezamos a pensar en hacer algo similar en Malvinas para transmitir un mensaje de paz y unión en un territorio que se encuentra en conflicto desde hace 33 años. Queremos crear un sentimiento positivo entre tantos negativos que existen", explicó el tucumano, quien en febrero de 2013 realizó una travesía similar en el canal de Beagle junto al chileno Cristian Vergara.
"Hoy hay muchas preocupaciones en el mundo y la gente común tiene que pararse y actuar, porque así a veces es más fácil que sean escuchados. Todos queremos vivir en armonía y no queremos todas estas preocupaciones sobre nuestras cabezas. Con Mati queremos hacer oír nuestro mensaje", analizó Cobell, que a simple vista no parece una atleta de alto rendimiento, pero cuyos logros en aguas heladas asombran a cualquiera.
Es importante para los dos nadadores dejar en claro que el cruce no tiene ningún tinte político. "Nosotros vamos a hacer memoria sobre una guerra que sucedió entre nuestros países hace 33 años y sobre jóvenes que murieron por un conflicto que seguramente no hubieran deseado que existiera", afirmó el argentino. Por eso, a la hora de organizar la travesía, prefirieron no involucrar a los Gobiernos de ambos países.
"El apoyo que tenemos es todo de empresas privadas. Hemos buscado todos los recursos privados, familiares y personales para que esto se pueda hacer. Jackie vino por sus propios medios desde Londres y acá va a tener toda la ayuda de mis amigos y de la gente que siempre está conmigo. Pero preferimos no involucrar ninguna bandera ni logo político porque no queremos crear conflictos", explicó Ola. En tanto, Cobell analizó: "Este es un nado de amistad, armonía y paz. No es político de ningún modo. Sólo queremos compartir esta experiencia, brazada a brazada, y hacerla llegar a todo el mundo".
El argentino y la inglesa partirán mañana hacia las Malvinas, donde estarán una semana, durante la cual buscarán la mejor "ventana" climática, determinada especialmente por los vientos, para realizar el cruce. Calculan que tardarán entre dos y tres horas en recorrer los 4,5 kilómetros que unen Punta Jersey, en la isla Gran Malvina, hasta el Promontorio Güemes, en la Soledad, en una posta en la que cada uno nadará un tramo y luego le "pasará el turno" al otro. "Esa es la forma de asegurarnos estar siempre juntos, porque somos dos nadadores totalmente diferentes, y de encarar estas travesías en condiciones como las que vamos a enfrentar", explicó el tucumano.
Esas condiciones extremas, con aguas que no superarán los 8 grados y una temperatura ambiente de alrededor de 10, se vuelven más complicadas por la geografía propia del estrecho de San Carlos. "Es un estrecho bastante difícil porque lo atraviesan una corriente antártica del Sur y una corriente del Mar del Norte, que se encuentran y podrían dificultar todo", afirmó Ola. Sin embargo, los dos son nadadores profesionales, con mucha experiencia en aguas heladas.
"Será muy difícil, pero estamos muy bien preparados. Estuvimos planeando el cruce durante un año y nos entrenamos mucho pensando en esto. Y ahora está por hacerse realidad. Estamos muy emocionados y ansiosos", aseguró la británica.
El entrenamiento que realizaron cada día no es muy distinto al de cualquier atleta. "No hay nada especial en la dieta que hacemos ni en la forma en que nos entrenamos, salvo que practicamos también en aguas frías, como las de la Patagonia. Yo tampoco tengo una preparación mental especial para encarar los desafíos, aunque sí me ayudan mucho mis experiencias. Para nadar en aguas frías es cuestión de adaptarse, de concentrarse y de prepararse bien", aseguró Ola, a quien, al igual que a su amiga y colega, se lo ve muy emocionado con la próxima travesía.
"Esperamos que todos entiendan que estamos unidos por un mensaje de paz y unidad. Todos nuestros amigos alrededor del mundo nos están ayudando a difundir lo que vamos a hacer, porque queremos no sólo tratar de crear un ambiente positivo entre nuestros países, sino también en el mundo entero", explicó el argentino.