Sarmiento, 27 de marzo de 1982.
Querido papá:
Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡Qué misión! ¿Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar las islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.
Lo único que a todos quiero pedirles es:
1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la tristeza, y muy importante:
3) Que recen por mí.
Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar en que vos sos el pilar.
Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.
Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡O muerte! Roberto.
Marzo, Veintisiete, fecha
desde Colonia Sarmiento,
patriótico sentimiento
que en esta carta repecha.
Sentires que como flecha
lastimarán cualquier calma;
pialando entre sus palmas
acumulando hombría
esperando ese día
que Dios: Le pida su alma.
Querido Papá, escribió,
cuando leas lo que escribo,
no sé, si estaré vivo.
Sí rindiendo, cuentas a Dios,
porque Él me la pidió
esta misión cristalina:
De cuidar a mi Argentina
como de niño soñaba
planes y armas diseñaba
pa’ defender mis Malvinas.
Dios Padre, generoso hizo
aunque de méritos carentes,
fuera soldado valiente
de este suelo que piso.
¡Soy Infante! Así agudizo
a mi Patria el juramento
de dar tenaz sentimiento
de coraje a mis soldados
que estuvieron a mi lado
luchando en ese momento.
A todos quiero rogar
que con Cristo en su cruz
puedan mantener la luz
que los pueda inspirar
y en familia, restaurar
esa unidad sincera,
por todo el tiempo que fuera
manténganse bien unidos
es muy poco lo que pido:
Tengan unión verdadera.
Recuerden con alegría,
que no lloviznen sus ojos,
son otros de mis antojos
al evocar mi osadía.
Que llena de valentía
quiso sentir el honor
de ofrendarle amor
a esta Patria querida
y a sus “hermanas perdidas”
con coraje y con valor.
Otro pedido, quiero hacer
que en Jesús me criaste
y con Dios me educaste
buen padre supiste ser.
Así me enseñaste a ver
lo hermoso que es rezar
y en la oración familiar
recen por mí, se los pido
de la mano, así unidos
cuando se junten a orar.
También gracias, quiero darte
por el ejemplo que fuiste.
a tus valores fundiste
cuando mi temple fraguaste,
y con los años forjaste
este tu hijo, querido
que se siente agradecido
de ser hombre verdadero,
izando en este entrevero
bien alto nuestro apellido.
Simplemente, digo: ¡Adiós!
Hasta el reencuentro en el cielo,
yo ya hice ese vuelo
pa’ encontrarme con Dios.
Un lugarcito, cedió
cuando te toque el momento.
Fuerte abrazo y juramento
que estoy vivo y no muerto.
Dios y Patria ¡O muerte! Roberto.
Firmó así su “testamento”.
Patacón 14-02-16
Fernando Grippaldi
DNI: 18.180.346
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Envía esta noticia por correo-e............ .
El Malvinense en..
Querido papá:
Cuando recibas esta carta yo ya estaré rindiendo mis acciones a Dios Nuestro Señor. Él, que sabe lo que hace, así lo ha dispuesto: que muera en cumplimiento de la misión. Pero fijate vos ¡Qué misión! ¿Te acordás cuando era chico y hacía planes, diseñaba vehículos y armas, todo destinado a recuperar las islas Malvinas y restaurar en ellas Nuestra Soberanía? Dios, que es un Padre Generoso, ha querido que éste, tu hijo, totalmente carente de méritos, viva esta experiencia única y deje su vida en ofrenda a Nuestra Patria.
Lo único que a todos quiero pedirles es:
1) Que restaures una sincera unidad en la familia bajo la Cruz de Cristo.
2) Que me recuerden con alegría y no que mi evocación sea apertura a la tristeza, y muy importante:
3) Que recen por mí.
Papá, hay cosas que, en un día cualquiera no se dicen entre hombres pero que hoy debo decírtelas. Gracias por tenerte como modelo de bien nacido, gracias por creer en el honor, gracias por tu apellido, gracias por ser católico, argentino e hijo de sangre española, gracias por ser soldado, gracias a Dios por ser como soy y que es el fruto de ese hogar en que vos sos el pilar.
Hasta el reencuentro, si Dios lo permite.
Un fuerte abrazo. Dios y Patria ¡O muerte! Roberto.
Marzo, Veintisiete, fecha
desde Colonia Sarmiento,
patriótico sentimiento
que en esta carta repecha.
Sentires que como flecha
lastimarán cualquier calma;
pialando entre sus palmas
acumulando hombría
esperando ese día
que Dios: Le pida su alma.
Querido Papá, escribió,
cuando leas lo que escribo,
no sé, si estaré vivo.
Sí rindiendo, cuentas a Dios,
porque Él me la pidió
esta misión cristalina:
De cuidar a mi Argentina
como de niño soñaba
planes y armas diseñaba
pa’ defender mis Malvinas.
Dios Padre, generoso hizo
aunque de méritos carentes,
fuera soldado valiente
de este suelo que piso.
¡Soy Infante! Así agudizo
a mi Patria el juramento
de dar tenaz sentimiento
de coraje a mis soldados
que estuvieron a mi lado
luchando en ese momento.
A todos quiero rogar
que con Cristo en su cruz
puedan mantener la luz
que los pueda inspirar
y en familia, restaurar
esa unidad sincera,
por todo el tiempo que fuera
manténganse bien unidos
es muy poco lo que pido:
Tengan unión verdadera.
Recuerden con alegría,
que no lloviznen sus ojos,
son otros de mis antojos
al evocar mi osadía.
Que llena de valentía
quiso sentir el honor
de ofrendarle amor
a esta Patria querida
y a sus “hermanas perdidas”
con coraje y con valor.
Otro pedido, quiero hacer
que en Jesús me criaste
y con Dios me educaste
buen padre supiste ser.
Así me enseñaste a ver
lo hermoso que es rezar
y en la oración familiar
recen por mí, se los pido
de la mano, así unidos
cuando se junten a orar.
También gracias, quiero darte
por el ejemplo que fuiste.
a tus valores fundiste
cuando mi temple fraguaste,
y con los años forjaste
este tu hijo, querido
que se siente agradecido
de ser hombre verdadero,
izando en este entrevero
bien alto nuestro apellido.
Simplemente, digo: ¡Adiós!
Hasta el reencuentro en el cielo,
yo ya hice ese vuelo
pa’ encontrarme con Dios.
Un lugarcito, cedió
cuando te toque el momento.
Fuerte abrazo y juramento
que estoy vivo y no muerto.
Dios y Patria ¡O muerte! Roberto.
Firmó así su “testamento”.
Patacón 14-02-16
Fernando Grippaldi
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