Opinión por Javier Carrodani. En un nuevo reconocimiento al reclamo histórico de la Argentina sobre la soberanía de las Malvinas y otras islas del Atlántico Sur, la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) lo consideró este martes como "un tema de interés hemisférico permanente" y reiteró "la necesidad" de que haya negociaciones con Gran Bretaña para buscarle una solución pacífica al tema.
El respaldo en diversos foros internacionales ha sido constante y por décadas, no obstante en concreto con el gobierno británico, nunca se logra avanzar, sobre todo después de la Guerra de 1982, que robusteció una postura mayoritariamente hostil de los kelpers hacia la Argentina.
En la reunión de este martes en Washington participó el canciller argentino Jorge Faurie, quien sostuvo que "el paso del tiempo no ha disminuido en lo más mínimo la validez de nuestro reclamo ni la firmeza de nuestra convicción de que esta prolongada controversia de soberanía debe llegar a su fin y para ello resulta imprescindible que con espíritu constructivo y positivo reanudemos las negociaciones".
Desde el inicio de su gestión, Mauricio Macri prefirió dejar atrás los años de distanciamiento entre el kirchnerismo y los gobiernos británicos y apostó a un "diálogo pragmático y maduro". En la primera ocasión que tuvo le dio la mano al entonces primer ministro, David Cameron, y este martes el jefe de gabinete, Marcos Peña -de visita oficial en Londres- fue saludado por la actual mandataria, Theresa May, quien le confirmó su presencia en la cumbre del G-20, a realizarse a fin de año en la Argentina.
Hay mucho diálogo a nivel comercial y empresarial, proyectos de cooperación científica y cultural, cooperación en materia antártica. Incluso sobre Malvinas se colaboró desde ambos gobiernos para la reciente identificación de los soldados argentinos fallecidos y enterrados en el cementerio de Darwin.
Todo eso puede ser auspicioso, pero del diálogo sobre la cuestión de soberanía, hasta ahora nada. Alguna idea debería surgir del cuerpo diplomático, complementada con una postura política firme del Presidente. ¿Existirá esa posibilidad?
El respaldo en diversos foros internacionales ha sido constante y por décadas, no obstante en concreto con el gobierno británico, nunca se logra avanzar, sobre todo después de la Guerra de 1982, que robusteció una postura mayoritariamente hostil de los kelpers hacia la Argentina.
En la reunión de este martes en Washington participó el canciller argentino Jorge Faurie, quien sostuvo que "el paso del tiempo no ha disminuido en lo más mínimo la validez de nuestro reclamo ni la firmeza de nuestra convicción de que esta prolongada controversia de soberanía debe llegar a su fin y para ello resulta imprescindible que con espíritu constructivo y positivo reanudemos las negociaciones".
Desde el inicio de su gestión, Mauricio Macri prefirió dejar atrás los años de distanciamiento entre el kirchnerismo y los gobiernos británicos y apostó a un "diálogo pragmático y maduro". En la primera ocasión que tuvo le dio la mano al entonces primer ministro, David Cameron, y este martes el jefe de gabinete, Marcos Peña -de visita oficial en Londres- fue saludado por la actual mandataria, Theresa May, quien le confirmó su presencia en la cumbre del G-20, a realizarse a fin de año en la Argentina.
Hay mucho diálogo a nivel comercial y empresarial, proyectos de cooperación científica y cultural, cooperación en materia antártica. Incluso sobre Malvinas se colaboró desde ambos gobiernos para la reciente identificación de los soldados argentinos fallecidos y enterrados en el cementerio de Darwin.
Todo eso puede ser auspicioso, pero del diálogo sobre la cuestión de soberanía, hasta ahora nada. Alguna idea debería surgir del cuerpo diplomático, complementada con una postura política firme del Presidente. ¿Existirá esa posibilidad?