(clarin.com) El Brexit, las 14 colonias británicas y Malvinas

Roberto García Moritán
Las 14 colonias británicas se preparan para un Brexit abrupto, sin acuerdo, a partir del 31 de octubre. Ninguna contará, desde esa fecha, con el paraguas del Reino Unido para mantener las preferencias arancelarias de la Unión Europea, acceso a programas no reembolsables para el desarrollo y actividades científicas e incluso apoyos políticos o de seguridad.

Tampoco podrán seguir beneficiándose del espacio Schengen conforme al acuerdo del 2014. Asimismo, cualquier contencioso con otro país ya no será uno que involucre a Bruselas sino una cuestión entre terceros en el cual las instituciones de la comunidad no tendrán razón para intervenir.

Para la amplia mayoría de esos territorios los vínculos con la UE tenían un carácter central (nueve asociadas desde el 2013, Gibraltar por el Tratado fundacional y Tristán da Cunha y Ascensión en el marco de Santa Helena). La Asociación de Territorios Británicos de Ultramar (UKOTA) ha admitido que la desconexión afectaría las exportaciones y, en el corto plazo, las importaciones con peligro de desabastecimiento por demoras o interrupción en el suministro de insumos y servicios de la UE como, por ejemplo, productos farmacéuticos y químicos. También dificultades de comunicaciones y, entre otros, el uso del sistema Galileo de navegación satelital como refleja el retiro anticipado de las estaciones censoras en Malvinas y Ascensión.

Gibraltar tiene la posición más comprometida por la frontera terrestre con España y no poseer una industria agrícola o pesquera.

En este marco, el Peñón ha solicitado la cooperación de Londres para sortear la emergencia incluyendo un aumento de la renta de la base naval. Malvinas, que perderá ventajas arancelarias, requiere que el Reino Unido le asegure acceso comercial continuado, libre de aranceles y cuota.


En lo inmediato ambas colonias pueden enfrentar faltantes de repuestos de maquinarias e insumos para actividades diversas y obras de infraestructura. Las colonias en el Caribe sufrirán efectos en el turismo, en actividades financieras y la pérdida de fondos de la UE para la reconstrucción por devastaciones de fenómenos meteorológicos como fue el huracán Irma.

La duda es si Londres estará en condiciones de contribuir eficazmente al universo de necesidades de la mayoría de las colonias y las ocho bases militares que posee en el extranjero. Este panorama podrá a prueba la capacidad financiera como, entre otros, la logística británica, tanto militar como civil, para seguir manteniendo una presencia global extendida. El ex Canciller William Hague ya había advertido que el Brexit podría acelerar la desintegración de los últimos vestigios coloniales.

El antecedente de Anguila en 1967 como la opinión consultiva de la Corte Internacional de Justicas respecto a Chagos y las resoluciones de las Naciones Unidas sobre Gibraltar y Malvinas como de otros en la lista del Comité de Descolonización de la ONU, muestran un camino que el Reino Unido debería aprovechar para enfrentar la realidad de las circunstancias y dar cumplimiento a los propósitos consagrados en la Carta de las Naciones Unidas.

Roberto García Moritán es ex vicecanciller