Problemas para mantener la unión del reino, inconsistencias presupuestarias, “muchos británicos solo logran una comida al día”, Malvinas ya no siendo un Territorio de Ultramar de la Unión Europea y bloqueo de contactos entre la Argentina y los residentes en las Malvinas desde el gobierno de Boris Johnson, fueron ítems que Carmona señaló como problemáticas que podrían minar la posición británica de resistirse al diálogo y minimizar el reclamo soberano argentino.
A 40 años de la guerra, el funcionario dijo que “no hay nada que celebrar” y que la Argentina posee un enfoque íntegramente diplomático al momento de abordar todo lo referido en materia histórica, política y diplomática a las Islas Malvinas.
“No solo al final de la guerra, sino también el 10 de junio de 1829, el país declaró la gobernación territorial político-militar de Malvinas, hasta que fue usurpada por el Reino Unido en 1833. De todos modos, en algunos momentos, el Reino Unido ha mostrado disposición a discutir la soberanía de las Malvinas, tal fue la caso de 1965 a 1982, justo antes de la guerra cuando Londres congeló unilateralmente todas las negociaciones” describió Carmona.